lunes, 5 de diciembre de 2011

Migración de Indígenas a Ciudades Medias. ¿Invisibles para todos?


Dulce Olivia Fosado Martínez.
Doctorado en Ciudad Territorio y Sustentabilidad por la Universidad de Guadalajara, Mx.

Resumen
La llegada de indígenas a la ciudad y en la ocupación de viviendas ya construidas o en el proceso de construcción, replica, en el lugar de destino, su propio patrón de asentamiento. Este proceso de encontrar “donde vivir” comienza a complicarse cuando la disponibilidad de espacio es deficitaria y a un costo poco accesible. Para estas personas que llegan en condiciones precarias son factores que alimentan la franja de pobreza urbana de la ciudad particularmente en las periferias altas, en asentamientos “irregulares” no aptos para la construcción, o en asentamientos humanos en suelo de preservación. Esto en esencia debería imprimir una particular manera de construir la ciudad, pero en cambio lo que sucede es que el paisaje tiende a homogeneizarse. Esto se evidencia en la ciudad de Pachuca, donde han proliferado estos asentamientos de tal forma, que la impronta en el aspecto de la ciudad, que debiera ser diversificada, simplemente se ha “urbanalizado”. Palabras clave: Migración indígena, apropiación del espacio, homogenización del paisaje
Abstract
The arrival of indigenous to the city and their occupation of houses already built or under construction, replicate in the place of destination their original pattern of settlement. This process of finding "where to live" starts to get complicated when the availability of space and cost is deficient and inaccessible. For these people who comes in precarious conditions, this situation is a factor to feed the strip of urban poverty in the city, particularly in the high peripheral settlements, in "irregular" building unfit for human settlements or areas of preservation. This which in essence should imprint a particular way of building the city, does not occur, in fact what happens is that the landscape turn to be uniform. The evidence of this happens in the city of Pachuca, where such settlements have sprung up which have managed in such a way that the face of the city is not distinctive but homogenous, simple has been “urbanalized”. Key words: Indigenous Migration, appropriation of space, landscape homogenization

Migración de Indígenas a Ciudades Medias. ¿Invisibles para todos?
Sin mayores pretensiones más que intentar responder a cuestionamientos tal cómo el proceso de ocupación y apropiación del espacio de aquellos personajes invisibilizados históricamente como son y han sido los migrantes indígenas, es que se presenta, a su consideración, los avances de una tesis del Doctorado en Ciudad, Territorio y Sustentabilidad.

Entre sus habitantes y la ciudad se establece un complejo mosaico de interacciones e influencias, que pueden manifestarse indistintamente en la conformación del espacio urbano o arquitectónico, o en los modos de apropiación que el usuario adopta. Estudiar, comprender y caracterizar este vínculo, manifiesto u oculto de la cultura urbana entre personas y lugares, en el sentido del espacio simbólico expresado en la construcción física, en lo arquitectónico con referencia a Norberg - Schulz y Villagrán; y en la construcción social, la migración, con referencia a De la Peña y Oemichen, cuyo fenómeno integrador es el concepto de apropiación del espacio planteado por Pol, Valera y Vidal. Es un anticipo de lo que se pretende concluir en la tesis de doctorado, y que para efecto del presente artículo, es una contribución a uno de los debates cruciales que emergen del proceso globalizador y sus repercusiones en la ciudad, como es la transformación y reorganización de sus estructuras espaciales y socioculturales.

Dentro de estas estructuras, la ciudad es objeto de todo un complejo concierto de estudios desde las diversas disciplinas de la ciencia. Contribuir desde una perspectiva multidisciplinar, la sociología, la antropología y el urbanismo, es un reto al que se ha llamado también transdisciplina.

Una manera de caracterizar la compleja problemática es conocer lo que sucede en la interacción de la ciudad –lo urbano-- y en un sector de población en particular –migrantes indígenas-- intentando aportar al análisis sobre el fenómeno de la migración --sin profundizar en sus causas-- en lo correspondiente al impacto que tiene en las ciudades medias, en cuanto a la formación y conformación del espacio urbano. Algunas de sus expresiones, como es la evidente desigualdad social que se manifiesta en el espacio físico se pueden leer como una simbolización del espacio social a través del espacio habilitado y apropiado. La migración es el marco de análisis y no así el objeto de estudio, que en este caso son las expresiones de ese encuentro de culturas materializado en el espacio urbano. El espacio urbano y la migración son ejes centrales que se transforman en las categorías que habrán de analizarse.

La migración indígena, es factor de interés en particular, en un país como el nuestro, que se ha caracterizado por la presencia de grupos sociales, diversos en cultura, identidades y particularidades históricas. De esta forma, sus movimientos migratorios, así como su impacto en las ciudades de destino, no constituyen un fenómeno nuevo vinculado sólo a la modernidad y a la globalización; tampoco el intenso contacto entre culturas diversas es un proceso exclusivo de la posmodernidad, que algunos dicen que vivimos, y que de acuerdo con lo expresado por Maya Lorena Pérez Ruiz en su trabajo sobre Metropolitanismo, globalización y migración indígena en las ciudades de México (2007), es parte consustancial inevitable, del crecimiento histórico de las ciudades hacia su metropolización. Con esta visión con que se puede mirar estos procesos que indefectiblemente traen consigo presiones aculturativas –en el caso de los migrantes indígenas urbanos-- a las que históricamente han estado sujetos los indígenas en nuestro país, siendo la ciudad el escenario donde se expresan con mayor crudeza, lo que explica los procesos de cambio cultural, que como expresa Oemichen, “estas presiones no necesariamente conducen a una desagregación”,como visualizara en estudio sobre el espacio urbano y segregación étnica que realizó en la Ciudad de México (Oemichen, 2001:196), Así, la manifestación física, forma de la ciudad, puede expresar situaciones diversas en las que es posible identificar las tensiones, conflictos, competencia e incluso cooperación, es decir, es la manera en que se evidencian las relaciones de los actores sociales con el entorno. A esta idea abona Bordieu al referirse a “que el espacio social se retraduce en el espacio físico aunque de una manera más o menos turbia” (Bordieu, 1993:121).

Esa “retraducción" a la que se refiere Bordieu, esa parte turbia, que aún no se ha clarificado del todo, es uno de los aspectos centrales que se abordarán en la problemática de la investigación en comento, con el componente de la migración indígena como una de las variables principales de análisis. Considerando la información disponible, el proceso de investigación determinará las variables paramétricas en las que se expresarán los resultados, ya que la vivienda como parte del espacio urbano, por encima de su escasez global, es un bien diferenciado que presenta toda una gama de características en lo concerniente a su calidad (equipamientos, confort, tipo de construcción, duración etc.), su forma (individual, colectiva, objeto arquitectural, integración en el conjunto de habitaciones y en la región y su estatus legal (sin título, en alquiler, en propiedad, en copropiedad, etc.) que determinan los roles, los niveles, y las pertinencias simbólicas de sus ocupantes (Castells, 1994:179).

La atención de la investigación, se sitúa en la interacción de estos dos campos de estudio de disciplinas diferentes: la Conformación y apropiación del espacio urbano, en primer lugar, es el objeto de estudio, y la migración indígena, en segundo lugar, principal variable de estudio de dichos cambios en el contexto urbano de la zona elegida. De este caso de estudio, se espera la determinación de conceptos, regularidades, principios que rigen ese fenómeno de cambios cualitativos y cuantitativos, por la acción de los migrantes indígenas. Una aportación que bien planteada abonará conocimiento sustancial para conocer las generalidades de casos similares, es decir, una aproximación a lo que la ciencia urbana necesita para hacerlo extensivo a soluciones particulares a casos similares.

Algunas razones de lo que ocurre:
Existe un vacío de conocimiento y escasos esfuerzos por caracterizar científicamente la manifestación de los modos de habitar la ciudad y de su apropiación en sus consecuencias arquitectónicas y urbanas formales, por parte de los inmigrantes indígenas. Tampoco como un proceso urbano en general, a partir del caso particular de la colonia La Raza en la Ciudad de Pachuca, Hidalgo.Con la observación de la conformación de colonias relativamente nuevas en la periferia de la ciudad, con la presencia de flujos constantes de migrantes entre los que destaca el de aquellos grupos de origen indígena, surge la necesidad de entender las nuevas formas que los habitantes, incorporados a la ciudad, utilizan para habitar y desarrollar sus vida en la esfera de lo cotidiano que de manera inherente transforman y están marcando una dinámica particular en la ciudad con la apropiación que hacen del espacio donde arriban.

En el ámbito urbano existen desigualdades de crecimiento entre población y vivienda, pese a las obligaciones firmadas en Estambul en 1996 dentro de la Conferencia Hábitat II, el déficit de vivienda adecuada y el empobrecimiento urbano en el mundo no muestra mejorías notorias al empezar el nuevo siglo. Los asentamientos precarios, caracterizados por la falta de viviendas adecuadas y baja cobertura de servicios públicos, concentran a más de 2000 millones de personas, representando casi la tercera parte de la población mundial.

En ellos, la población es segregada y alejada de los elementos apropiados para satisfacer sus necesidades básicas. Como uno de sus desafíos, la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas reconoce las graves circunstancias de los pobres urbanos en el mundo. Este documento articula el compromiso de los Estados miembros para mejorar la vida de al menos 100 millones de habitantes de tugurios para el año 2020 - Meta 11 del Objetivo N º 7 - una tarea mandato de UN-HABITAT.A pesar que el tamaño de esta población es muy significativo, representa tan sólo el 10 por ciento de la actual población de barrios marginales en todo el mundo, que, si no se resuelve, se triplicará a 3 mil millones en el año 2050 según ésta misma fuente. El desafío se hace más difícil por el hecho que, de acuerdo con investigaciones propias de UN-HABITAT, la población de los barrios marginales del mundo ha crecido a 75 millones en apenas tres años desde la Declaración del Milenio.
Esta misma instancia hace pronunciamientos sobre las consideraciones o elementos para una vivienda adecuada --como una de sus estrategias— tales como: la seguridad jurídica de la tenencia, disponibilidad de servicios, gastos soportables, habitabilidad, accesibilidad, ubicación y adecuación cultural , aparte de la apropiación del espacio para comprender la vinculación entre las personas y los lugares, algunas de éstas cuestiones están incluidas en el análisis y reporte de resultados que habrán de ser producto de la investigación a la que nos referimos.

El crecimiento urbano acelerado ocasionado principalmente por el proceso de migración del campo a las ciudades y las reiteradas crisis económicas, generaron ocupaciones violentas del territorio en las ciudades, como las realizadas por las invasiones, tanto organizadas como informales, las cuales suscribieron su marca en el aspecto de la Ciudad de México, de acuerdo con Horbath (2003). La ciudad de Pachuca como capital del Estado y como una ciudad media y próxima a esta zona metropolitana de la Ciudad de México, tiene dinámicas y características que no dejan de estar vinculadas a los flujos de personas y a la influencia por esta proximidad a la gran ciudad, lo que la convierte en un escenario de interés científico.
Adentrarse en los efectos que causa la ocupación de determinado territorio es importante para la planeación de una ciudad, y que para el caso que nos ocupa, tiene prevalencia el estudio en el contexto de llegada, ocupación y apropiación del espacio, en un asentamiento considerado en sus inicios como “irregular” es decir, fuera de la norma y que actualmente está en proceso de consolidación. En este contexto, resulta de interés estudiar a esta minoría migrante indígena, que practica un aislamiento social al instalarse en una zona anteriormente considerada de reserva, carente de servicios, en las primeras etapas de su arribo, y que paulatinamente han conformado la Colonia La Raza actualmente reconocida por la Administración Municipal, con un especial acento sobre los hogares o familias y su respectivo espacio doméstico, particularmente en lo referido a la vivienda. Adicionalmente, en relación a la relevancia social y pragmática, son variados los beneficios que significaría contar con estudios, análisis e investigaciones con matices sociales que den luz y conocimiento como insumos para la planeación urbana y económica que incidan sobre el control y ejercicio de la seguridad social, de atención sobre el espacio habitable de los indígenas urbanos, de su bienestar, es decir, de un sector de la población cuyas evidentes condiciones de vulnerabilidad hacen insoslayable la atención, de manera que se logre una convivencia pacífica en esos espacio, con miras a la sustentabilidad social a que toda ciudad moderna debe aspirar.

En los últimos veinte años, la ciudad de Pachuca ha sufrido grandes transformaciones en su territorio. El ritmo de crecimiento poblacional ha provocado que la ciudad se ex¬panda físicamente como no lo había hecho desde su fundación, hace aproximadamente quinientos años. Una parte de este crecimiento poblacional se debe a los procesos inmigratorios que han ocurrido en los últimos años. Tomando en cuenta las tendencias y las experiencias de otras ciudades contiguas a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, se piensa que el actual flujo migratorio se consolidará e intensificará en los próximos años.

La migración interna continúa siendo un factor decisivo en la distri¬bución de la población y en la consolidación de los procesos de urbanización, como históricamente ha sido en el interior de los estados y regiones de México, que de acuerdo a Anzaldo (2009:346), en el quinquenio 1995-2000, las ciudades fueron el origen del 65 por ciento de la migración intermunicipal y el destino del 76 por ciento de los movimientos, mientras que la mitad de los flujos migratorios (2.2 millones), tuvo como origen y destino localidades pares del sistema urbano. La mayor proporción de los flujos se dirigió a las ciudades medias, con 37 por ciento del total (1.6 millones), seguida de la migración hacia las ciudades grandes, las cuales captaron 29 por ciento de los movimientos (1.3 millones). El predominio de las ciudades medias como principal destino de la migración también se manifiesta en su saldo neto migratorio del periodo 1995-2000, cuya ganancia equivale a casi el doble de la ganancia de las ciudades grandes, mientras que, en términos relativos, la tasa de migración neta de las ciudades medias fue casi tres veces mayor a la de las ciudades con más de un millón de habitantes (Anzaldo, op. cit.).

En el período de 1985 a 1990 más de dos millones de personas cambiaron su lugar de residencia a una entidad distinta. Entre 1995 y 2000 fueron 3.9 millones de personas las que dejaron su residencia habitual cruzando los límites estatales, y 2.6 millones adicionales lo hicieron entre los municipios de una misma entidad; es decir, 6.7% del total de los habitantes del país cambió su residencia habitual (Cona¬po, 2002). A pesar de ser importante el movimiento de personas, conoce¬mos poco sobre sus motivos y sus causas, pero sobre todo de sus efectos en el ámbito urbano como es la ocupación y apropiación del espacio en el lugar que los recibe.

Los efectos e interacciones que se desprenden de la migración en un asentamiento urbano pueden verse y comprenderse desde distintas disciplinas, que para el caso que nos ocupa, es observar la vinculación de los migrantes indígenas que interactúan con el lugar donde habitan a través de la manifestación de diversas variables que serán observadas respecto a la habitabilidad y la migración interna indígena, que den cuenta en su conjunto del proceso de apropiación del espacio urbano. Dichas variables se establecen en dos dimensiones que son la física y la social que a su vez corresponden a dos niveles (meso y micro) y dos unidades de análisis (asentamiento y familias-viviendas).

En el último decenio la mayor parte de los trabajos de investigación sobre migración se han interesado sobre el movimiento internacional, posiblemente como resultado de las crecientes tensiones en los países de Europa y Estados Unidos, provocadas por la migración de africanos, asiáticos y europeos del este, a Europa central y occidental, y de mexicanos y centroamericanos a Estados Unidos .
Durante este período de aparente desinterés por las investigaciones sobre la migración interna en México, el país ha experimentado un acelerado proceso de urbanización, ha pasado de ser predominantemente rural a concentrar su población en las áreas urbanas (Conapo, 2008). Además, en este período comenzó a gestarse y consolidarse un nuevo proceso de urbanización que ha modificado cuantitativa y cuali¬tativamente los flujos migratorios en México produciendo la desconcentración pobla¬cional de la Ciudad de México.

Con base en los datos de la Encuesta Nacional de Migración en Áreas Urbanas (ENMUA) 1986-1987 , dos inves¬tigaciones corroboraron que tal proceso ya estaba presente en México. Ambas manifestaron que el ritmo de crecimiento de la gran Zona Metro¬politana era más lento que el de las áreas metropolitanas menores y que el de las áreas no metropolitanas. Asimismo, revelaron que en la Región Centro y por primera vez, la Ciudad de México, estaba expulsando población de acuerdo con Aguilar (2003:26) pues “ha mostrado en los últimos años un estado de desconcentración del crecimiento urbano y los flujos migratorios a la ciudad central se han vuelto negativos”.

De ello derivan dos nuevas tendencias, primero, que los inmigrantes son cada vez menos impor¬tantes en el crecimiento de la población de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, y segundo, que los originarios del Distrito Federal son cada vez más numerosos, dentro del grupo de inmigrantes de las demás áreas metropolitanas.

En lo que se refiere a la migración indígena hay grupos que por su visibilidad política en las ciudades o en sus lugares de trabajo, como por ejemplo los mixtecos en los campos agrícolas o las mazahuas en la ciudad, como vendedoras ambulantes, empezaron a ser más estudiados, y hay grupos que, ya sea porque migraron más tardíamente, o porque no son visibles políticamente, han sido escasamente abordados.

A partir de mediados de la década de los noventa empieza de nuevo un interés creciente en estudios sobre migración indígena. Se retoman algunos de los enfoques o temas que se estaban discutiendo en los estudios sobre migración. Hay trabajos sobre los cambios en los papeles genéricos de las mujeres indígenas migrantes, tema ya adoptado por los estudios migratorios y en donde se proponen nuevos enfoques explicativos para entender las causas y el mantenimiento de los flujos migratorios. Se retoma el estudio desde otros niveles de análisis tales como la unidad doméstica que ya había sido abordada en la literatura sobre migración. Éstos últimos estudios señalaban que ni las causas macro, ya sea planteadas por el histórico-estructuralismo o por el enfoque sobre los sistemas mundiales, o el de los mercados duales de trabajo, ni las determinaciones a nivel micro, en las explicaciones en el nivel de los individuos planteados por la teoría de la modernización, ni los enfoques funcionalistas y la economía neoclásica, son suficientes para entender la complejidad del fenómeno. Se plantea así un nivel intermedio, el de las unidades domésticas. El enfoque de la nueva economía de la migración también plantea que es el hogar y no el individuo la unidad relevante en la toma de decisiones. Se plantea también la importancia de las redes sociales en el entendimiento del mantenimiento y fortalecimiento de los flujos migratorios.

En el caso de los estudios sobre migración indígena se considera que esos niveles de análisis son insuficientes para entender este fenómeno, complejidad a la que ya se hizo referencia. Al igual que lo que sucede con el entendimiento de la migración en donde diferentes enfoques son complementarios, la migración indígena es explicada parcialmente por algunos de los enfoques anteriores, no obstante hay un nivel que no está contemplado. Este es el estudio de las características comunitarias, particularmente de las familias que forman redes sociales, el que debe integrarse como un nivel de análisis necesario para entender la complejidad de los flujos migratorios indígenas.

La interpretación que se ha decidido hacer de lo que textualmente refiere Pol (1996:45), respecto a que…“La apropiación del espacio está en el núcleo de las conductas territoriales más primitivas de dejar la impronta y marcar el terruño” es que la humanidad desde sus inicios ha dejado su huella, tal como se le atribuye a las gráficas rupestres en los lugares o sitios que se han apropiado, volcando en ellos la información de sus costumbres e identidad. A decir del mismo autor, la idea anteriormente expuesta se extiende a procesos más complejos, desde referentes para la identidad en el transcurrir del tiempo, hasta la creación de significados y de conducta territorial, que de alguna manera se ha decidido utilizar para el estudio de los migrantes con los componentes culturales que los acompañan, de manera tal que sean relacionados con el territorio y con los espacios urbanos, con el objeto de visualizar la materialización precisamente de los vínculos de los espacios con las personas.

Es en la psicología ambiental que el término “apropiación” fue introducido, aunque autores de otras disciplinas también han dado importantes aportaciones. Si bien el término es reciente, no presenta un gran espectro de autores, es hasta después de los años setenta que se dan las propuestas con relación a éste. Como es de esperar las aportaciones varían de acuerdo a la disciplina del autor (Pol, 2002), ha desarrollado el modelo dual de la apropiación del espacio, mismo que será útil en éste trabajo. Por otro lado la apropiación del espacio es una forma de entender la generación de los vínculos con los “lugares”, lo que facilita comportamientos diversos y la implicación y la participación en el propio entorno (Pol, 2002). Entendido de esta forma, el entorno “apropiado” deviene y desarrolla un papel fundamental en los procesos cognitivos (conocimiento, categorización, orientación, etc.), afectivos (atracción del lugar, autoestima, etc.), de identidad y relacionales (implicación y corresponsabilización), de acuerdo con el mismo autor. Es decir, el entorno explica dimensiones del comportamiento más allá de lo que es meramente funcional. Todo esto supone entender el proceso de apropiación dentro de la conceptualización de la relación entre los seres humanos y los entornos que para el caso que nos ocupa es en el espacio urbano y la vivienda que estará el centro de atención y en particular contextualizado dentro de la migración interna e indígena.

El interés o hilo conductor que se pretende utilizar como marco teórico sobre el proceso de apropiación, ya someramente mencionado, converge con las ideas compartidas de Saskia Sassen con Francesc Muñoz respecto a un concepto novedoso que es la urbanalización, donde se establece que ante un paisaje homogéneo, visualmente similar --como sucede en el asentamiento en cuestión-- donde se presupone que suceden fenómenos económicos similares, las diferencias son invisibilizadas y que el resultado de ese paisaje común es la existencia de una dinámica que parte de la gestión de las diferencias. En otras palabras cuando se gestionan las diferencias nos encontramos con un paisaje homogeneizado y justo ahí es donde se adentrará y dará cuenta con el estudio de la apropiación del espacio urbano en un contexto de migración interna e indígena donde subyacen esas “diferencias”. No para todos están invisibles.

Bibliografía.
Aguilar, A. G. (2003). La megaurbanización en la Región Centro de México. Hacia un modelo de configuración territorial. En Urbanización, Cambio Tecnológico y Costo social. El caso de la Región Centro de México. Instituto de Geografía de la UNAM. México.
Anzaldo Gómez C. (2009). Tendencias y potencial demográfico de las ciudades medias de México. Consejo Nacional de Población. Foro Nacional “Las Políticas de Población en México. Debates y Propuestas para el Programa Nacional de Población 2008-2012.”
Bordieu Pierre (1993) Efectos del lugar en La miseria del mundo. Fondo de cultura económica de Argentina. ISBN 978-950-557-270-0
Castells M. (1974) La cuestión urbana. Siglo XXI editores. Decimoséptima edición en español. México.
Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Portal web http://www.cdi.gob.mx/
Consejo Nacional de la Población, Programa Nacional de Población 2001-2006. Informe de Ejecución 2003-2004, México, 2004, 11.
Consejo Nacional De Población, (2008), La situación demográfica de México, 2008, México, Consejo Nacional de Población, http://www.conapo.gob.mx/publicaciones/foronacional/mesa12.pdf
Consejo Nacional de Población. (2002), Índice de marginación urbana 2000, México, http://www.conapo.gob.mx
Horbath, J. E. (2003) Problemas urbanos del Distrito Federal para el nuevo siglo: la vivienda en los grupos populares de la ciudad. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2003, vol. VII, núm. 146(041). http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-146(041).htm
Muñoz Francesc. (2008) Urbanalización. Paisajes comunes, lugares globales. Gustavo Gilli. Barcelona.
Norberg-Shultz Christian (1980) Existencia, espacio y arquitectura. Editorial Blume. España. ISBN 84-7031-233-2
Oemichen Cristina (2001). Espacio urbano y segregación étnica en la Ciudad de México en papeles de Población. Abril-junio No. 28. Universidad Autónoma del Estado de México. p.181-197
Pérez-Ruiz, Maya Lorena (1990). “Ser mazahua en Ciudad Juárez”. Actas del Primer Congreso de Historia Regional Comparada, pp.15-22. Chihuahua: Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Chihuahua.
Pol, E. (1996). La apropiación del espacio. En L. Iñíguez y E. Pol (Eds.), Cognición, representación y apropiación del espacio. Colección Monografies Psico-Socio-Ambientals (vol. 9, pp. 45-62). Barcelona: Publicacions de la Universitat de Barcelona.
Pol, E. (2002). El modelo dual de la apropiación del espacio. En R. García Mira, J.M. Sabucedo y J. Romay (Eds.), Psicología y Medio Ambiente. Aspectos psicosociales, educativos y metodológicos (pp.123-132). A Coruña: Asociación gallega de estudios e investigación psicosocial.
Valera, S. (1997). Estudio de la relación entre el espacio simbólico urbano y los procesos de identidad social. Revista de Psicología Social No 12, pp. 17-30
Vidal, M. T. y Pol U. E. (2005.) La apropiación del espacio: una propuesta teórica para comprender la vinculación entre las personas y los lugares. Anuario de Psicología, ISSN 0066-5126, Vol. 36, Nº. 3, 2005, págs. 281-295.
Villagrán García, José. (2001) La Habitabilidad. Resumen del trabajo presentado en el V Seminario Nacional de Teoría de la Arquitectura, en noviembre de 2001, con el tema: Pensamiento y obra de José Villagrán García “Introducción a una Morfología Arquitectónica”. En especial, analiza el concepto de la habitabilidad, citado en el subtema “Determinantes fácticos. Categorías”. Universidad Autónoma de México.
(1988).Teoría de la Arquitectura, UNAM. México D.F.1988: 216

Imágenes de libre circulación en la internet.