jueves, 29 de abril de 2010

El mundo se hace urbano


Artículo proporcionado por el Mtro. Enrique Jiménez Oliva.
Original de:
SANDRO POZZI
Nueva York, 05/04/2010

El aumento de las ciudades pequeñas marca el declive de la población rural
El mundo rural se urbaniza. Y la mayor parte del crecimiento en las áreas urbanas se concentrará en los próximos años en pequeñas ciudades, tanto en número de habitantes como en extensión. Cuando este año termine, 1.200 millones de personas vivirán ya en ciudades de 100.000 habitantes, equivalente a una tercera parte de la población urbana mundial. Y hay 600 millones que lo hacen en centros urbanos de hasta medio millón.

El mayor cambio se producirá en Asia durante los próximos 40 años. La transformación en África no será hasta 2040 por la caída de la fertilidad

Es decir, prácticamente la mitad de la población urbana mundial (52%) vive en concentraciones con menos de medio millón de habitantes. Y la proyección que maneja Naciones Unidas es que en los próximos cinco años se les sumen 500 millones, hasta un total de 2.300 millones de habitantes. Un incremento que equivale a que las ciudades pequeñas absorberán un 45% del aumento que se registrará en la población urbana antes de 2015.

Hania Zlotnik, directora de la División de Población de la ONU, habla de la "transformación" que experimentan los pequeños centros rurales, como si estuvieran lanzados en una carrera por convertirse en ciudades. Y eso, señala, es uno de los factores que explica que la población mundial "será urbana" para finales 2010, cuando las ciudades acojan a unos 3.500 millones de seres humanos que vivirán en centros urbanos, es decir, el 50,5% de la población planetaria. Y en 2050 será el 69%.

Un crecimiento que, indica Zlotnik, se hace a costa de las zonas rurales. "Cuando el mundo se urbaniza la población rural para de crecer". Declive que en Europa empezó en los años cincuenta. Hoy, el continente cuenta con 199 millones de habitantes en el mundo rural, número que se reducirá a la mitad en 2050. Se esperan también caídas, aunque modestas, en Estados Unidos y Canadá, países que están ya altamente urbanizados. Y también en América Latina.

Pero, como señala Zlotnik, la gran novedad llega desde Asia, y especialmente de China. El declive de la población rural será importante en los próximos 40 años en la región: bajarán de 2.400 millones de habitantes este año hasta los 1.800 millones. El 42% de la población asiática vive ya en ciudades. En 40 años será el 65%. Aún estará por debajo del 85% de Occidente.

La transformación impresiona. En los años ochenta contaba con medio centenar de ciudades con más de medio millón de habitantes. Desde entonces, China se ha urbanizado con extraordinaria rapidez por el cambio económico. Hasta el punto de que ahora tiene 134 nuevas ciudades, a las que sumará otro centenar en 2025.

África es la excepción. De momento, porque la ONU anticipa que el descenso en el mundo rural llegará más tarde, en 2040. No será sólo por motivo de la urbanización, sino por una caída en el índice de fertilidad. Así se espera que los asentamientos urbanos pasen del 40% actual al 62%. Todo sumado, el equipo de Zlotnik proyecta que la población rural mundial empezará a caer en 2020, de 3.400 millones a 2.900 millones en 2050.

La ONU confirma así que el grueso de la transformación del mundo rural hacia el urbano llegará a través de las concentraciones más pequeñas y en los países menos desarrollados. Asia será para 2050 la región del planeta que concentrará a más población en ciudades, de 1.800 millones de habitantes en 2010 hasta 3.400 millones. Y África, que ocupa el cuarto lugar por detrás de Europa y América Latina, escalará al segundo puesto, con 1.200 millones.

A pesar de las disparidades, la tendencia es clara. El año pasado, 140 de los 230 países o regiones que integran el mundo ya contaban con más de la mitad de su población viviendo en zonas urbanas. En las próximas cuatro décadas, anticipa Zlotnik, se le sumarán 66. Es decir, sólo 24 serán rurales, y estarán en África, Asia y Oceanía. Y los países de Europa, América Latina y Norteamérica serán para entonces eminentemente urbanos.

Las grandes metrópolis también crecerán. En la actualidad hay 54 ciudades con más de cinco millones de habitantes. Las ciudades con más de 10 millones de habitantes pasarán de 21 a 29 en 2050, y en ellas vivirán el 10% de la población urbana.

Las "megaciudades en espera" pasarán de 33 a 46. Mientras que las urbes con población entre el millón y los cinco millones de habitantes serán 509 en cuatro décadas, 120 más, y en ellas vivirá el 22% de la población urbana.

viernes, 23 de abril de 2010

El futuro de las ciudades del siglo XXI.


Gabriela Carmona Ochoa.
Arquitecta por la Universidad Autónoma de Coahuila; Maestra en Diseño Arquitectónico por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Estudiante del Doctorado en Ciudad Territorio y Sustentabilidad de la Universidad de Guadalajara.

Introducción
La población urbana se ha ido incrementando drásticamente. Se considera que desde mayo del 2008, el 50% de la población mundial es urbana. Particularmente llama mi atención que en la República Mexicana existan estados como Nuevo León, donde el 94% de la población vive en ciudades.

Los avances tecnológicos y en especial en el área de medicina, han contribuido a que desde el año 1800 la población se haya incrementado considerablemente. Fernando Viviescas explica, respecto del aceleramiento del aumento demográfico, lo siguiente:
“hace dos mil años la población humana era de 250 millones; para el 1600 ya habíamos alcanzado la cifra de 500 millones de seres humanos; entre 1800 y 1850, mil millones, pero para el 1930 esta cifra se había duplicado, es decir que en treinta años crecimos otros mil millones y sólo pasaron catorce años más para alcanzar los cuatro mil millones de seres humanos, en el año 1974.”

En la época contemporánea, los cambios en las ciudades se manifiestan con mucha rapidez -los avances tecnológicos han contribuido considerablemente-, y aunque los ciudadanos somos los creadores de ello, en ocasiones sólamente figuramos como simples observadores de la transformación generada.

Observando la ciudad.
En nuestro país la participación ciudadana es casi nula. Estamos todos tan inmersos en nuestros propios asuntos, tratando de sobrevivir, todo va tan rápido, que no hay tiempo para criticar, objetar o, llanamente, participar, en cada una de las decisiones que se toman sobre nuestras ciudades. Decisiones que se toman por instituciones, por seres anónimos, que muchas veces se encuentran fuera de la realidad, por lo que como habitantes, sólo nos queda tratar de adaptarnos rápidamente a tales cambios.

Vemos o escuchamos en los medios -en ocasiones sin entender-, que las instituciones públicas están declarando o clasificando nuestras ciudades: tal ciudad es desde ahora la ciudad del conocimiento, esta otra será o es la ciudad turística principal, aquélla será la capital de la cultura, por mencionar algunos calificativos. Y así, por decreto, se convierten en algo que no eran, que las cualifica o especializa, sin percatarse quien emite la calificación de las necesidades sociales, ambientales, de infraestructura física y social que se requiere para cumplir con tal rol asignado.

El ciudadano común sólo ve aparecer nuevas edificaciones -arquitectura fugaz-, que en un corto tiempo cambia la imagen urbana; observa la construcción de grandes almacenes de cadenas trasnacionales apoderándose de enormes predios y que no dejan otra opción más que vivir al margen de ellos, para, al salir de la casa o despertar cada mañana , encontrarse con la vista magnífica de las enormes bodegas y áreas de servicio de estas tiendas, porque ellas se convierten en las protagonistas de la ciudad.

Tales inmuebles se apropian de las principales avenidas sin pedirnos permiso; arquitectura que es aprobada por asesores corporativos que no conocen el emplazamiento, la cultura, la gente, la ciudad. Personal que no toma en cuenta la funcionalidad, relación con el entorno o la estética, ya que su interés primordial es y será siempre lograr la identidad de marca.

Naomi Klein (2002) en su libro No Logo nos dice cómo el recrudecimiento de las economías neoliberales en los mercados, ha generado cambios que afectan a la conformación de la ciudad. Nos demuestra cómo las marcas comerciales se han apoderado del paisaje contemporáneo, introduciendo una dictadura de la imagen, comprensible a partir de la historia más reciente, donde el incremento del valor de lo no material de las empresas, es decir su logo, su imagen de marca y como corporaciones, sobre el valor de sus activos reales, es decir infraestructura, personal ó tecnología, se ha alejado notablemente, haciendo que los activos intangibles sean más valiosos que los tangibles.

El habitante urbano sólo se da cuenta que su ciudad es diferente; que está cambiando de tamaño para crecer y tal vez ha escuchado las palabra conurbación o metrópolis, definiciones que no sabe lo que significan, pero sí sabe lo que es vivir estas palabras. Sabe sobre conurbación cuando los recorridos son cada vez más largos, cuando los servicios no son suficientes, o en su caso, cuando es excluido de ciertas colonias y sólo puede observar sus azoteas y la caseta de vigilancia.

¿Qué pasará con el ciudadano cuando su mundo se conurbe con otro y otro y otro mundo? Cuando se formen las enormes megaciudades, ¿se dará cuenta que pertenece a ellas o sólo intentará sobrevivir en ellas?

¿Será mejor la estrategia de aislarnos en nuestro pequeño espacio urbano en el cual sabemos vivir? ¿Serán la futuras ciudades largas extensiones de entes aislados? ¿Se estará tomando en cuenta la creación de pequeños pero vivibles centros urbanos?, ó ¿Sólo estamos sustituyendo estos centros de socialización y creación de comunidades con centros comerciales?.

Ciudades de la posmodernidad
Será difícil en las nuevas ciudades del siglo XXI tener una identidad propia. Las ciudades antiguas o los centros históricos que generalmente representa los que somos y quienes somos, se quedarán como museos que tendremos el placer de visitar para por lo menos vivir, aunque sea sólo por unos momentos, el estilo de vida de nuestros antepasados, ese pasado donde se podía pasear por plazas, cuando se podía contemplar sin prisa la estética de la arquitectura o era posible sentir la cercanía del vecino. En donde no había fronteras, todo pasaba más despacio, no era fundamental tener un coche para cada miembro de la familia y el tiempo no era empleado en traslados, sino en la convivencia, en el vivir. Al respecto, Narváez (2001) en un análisis que realiza sobre el centro de la ciudad de Monterrey explica como ha decreciendo la ocupación habitacional:
“La densidad de ocupación habitacional ha cambiado notablemente a lo largo del tiempo…..mientras que en 1990 residían en el primer cuadro de la ciudad aproximadamente 50 habitantes por hectárea, en 1995 residían cerca de 35 habitantes por hectárea….”

También podemos observar un importante problema técnico dentro de las principales ciudades del país y es la ausencia de dialogo entre la población, los urbanistas y los gobiernos. Tanto el Dr. Ignacio Kunz como la Mtra. Lorena Zárate coinciden en la existencia de este enorme vacio, que se ve reflejado en la ciudad a través de la desigualdad de la sociedad. Es decir, la exclusión/segregación de los actores principales de esta realidad.

En las ciudades latinoamericanas los pobres son más pobres y los ricos son más ricos. Actualmente cerca de 1 200 de millones de personas viven con menos de un dólar diario, esto es, una sexta parte de la población mundial vive en la pobreza absoluta. La población lucha por diferentes medios para organizarse y poder combatir los problemas que enfrenta día a día, haciéndolo a través de organizaciones no gubernamentales, de cooperativas, de observatorios urbanos, de movimientos sociales, entre otros agentes, a fin de alcanzar el bienestar que busca al llegar a una ciudad.

El Estado, por su parte, crea diferentes programas para ayudar a combatir la pobreza, pero se ha comprobado que en la mayoría de los casos dichos programas acentúan la problemática en lugar de solucionarla. Los beneficiados por estos proyectos vuelven a ser de los ricos puesto que tienen mayor accesibilidad a ellos, ya sea por conocimiento, movilidad o aproximación al patrocinador. Las instituciones representadas por medio de los urbanistas y planeadores, sólo presentan soluciones soberbias, alejadas completamente de la realidad y planteamientos basados principalmente en el mercantilismo del territorio, sin conciencia y, muchas veces, con nula responsabilidad.

La paradoja de la comunicación en soledad.
El ciudadano trata de comprender cómo vivir dentro de esta complejidad cada vez mayor. Complejidad llena de materia, concreto, asfalto, cristal, acero, llena de gente: mujeres, hombres, niños, ancianos; llena de ambiente: árboles, parques, animales, agua, contaminación, basura y, además, llena de tecnología: coches, metro, celulares, televisión o internet. Sin darnos cuenta estamos inmersos en la era de las comunicaciones y una era de alta tecnología; estamos viviendo una época en la que estar comunicados es fundamental, es tan necesario que en ocasiones nos es imposible desconectarnos, ya sea del internet, la televisión o el celular.

Cada día que pasa el número de usuarios de telefonía celular o móvil es mayor. Observamos que en el año 2008, en estados como Baja California Sur, Distrito Federal o Querétaro, entre otros, se ha rebasado el número de usuarios por cada 100 habitantes, es decir que en ocasiones las personas tienen más de un celular activado a su nombre.

En un articulo publicado el 19 de agosto del 2009 en el editorial de El Economista sobre la telefonía celular en México, se declara que para junio de 2010 llegarán a 743 teléfonos móviles por cada 1,000 habitantes, y que de acuerdo con la información del Indicador de la Sociedad de la Información (ISI) elaborado por la consultora Everis en Latinoamérica, el total de teléfonos móviles en la región alcanzará a los 815 equipos por cada 1,000 personas.

“Este nivel, añade, es 12.4% superior al registrado en junio de 2008 y más del doble de los que se contaban en el mismo mes del año 2005. En los servicios de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC) los dominios de Internet en México crecieron 18% para ubicarse en siete por cada 1,000 habitantes. Añade, que durante el último trimestre en México hubo una expansión de la cantidad de computadoras con incremento de 13.9% y aunque inferior a la del resto de países llega a 200 aparatos por cada 1,000 personas.”

Virtualización.
Es evidente cómo el ser humano se ha ido virtualizando. El mundo virtual es más real de lo que pudiésemos imaginar; cada día son más las instituciones que ofrecen licenciaturas, maestrías y doctorados a distancia, centros de estudios en donde el docente ya no es tan necesario y ha sido sustituido por un software que interactúa con el estudiante de manera individual a través de su computadora. Niños que se desconectan por completo del mundo real y pueden pasar horas jugando o compitiendo en el otro mundo que le ofrecen los video juegos, la televisión o el internet. Jóvenes o adultos sumergidos en la red llevando una segunda vida en portales de mundos alternos como el que ofrece el sitio Second life (http//:www.secondlife.com) o tal vez, empresas que ofrecen sus servicios sin necesidad del contacto personal.

Todo se puede obtener en la red; bienes y servicios de todo tipo pueden ser comprados o vendidos en este nuevo mundo virtual. El ser humano cada día tiene menos necesidad de interactuar con otro ser humano. Incluso se puede observar cómo cada día más gente trabaja desde su hogar, sin necesidad de trasladarse a otro lugar para realizar sus tareas, puesto que sus servicios los puede prestar desde su computadora portátil y en la comodidad de su hogar.

Pierre Levy, Paul Virilio, Michel Serres, entre otros, se refieren al hecho de que lo virtual ha penetrado en la vida actual hasta constituir un nuevo espacio de existencia que se opondría no a lo real, sino a lo actual, creando un mundo en potencia que tendría una indiscutible influencia en el mundo material y que lo transformaría notoriamente, en cuanto el ser humano estuviera en existencia en dicho nivel de la realidad.

Paul Virilio supone que ello es el inicio de una implosión del espacio real, que en lo actual supondría una pérdida de significado de la realidad, una banalización de la realidad que se experimentaría como un deshacerse del cuidado de las cosas, con el desecho constante del medio ambiente, con edificios de una obsolescencia cada vez más corta.

Levy supone que “La virtualidad establece una nueva forma de relación entre el uso de las coordenadas de espacio y de tiempo; supera las barreras espaciotemporales y configura un entorno en el que la información y la comunicación se nos muestran accesibles desde perspectivas hasta ahora desconocidas al menos en cuanto a su volumen y posibilidades. La realidad virtual permite la generación de entornos de interacción que separen la necesidad de compartir el espacio-tiempo, facilitando en este caso nuevos contextos de intercambio y comunicación.”

El ciudadano de la gran metrópoli busca, en el mundo virtual que la tecnología le ofrece, lo mismo que busca al llegar a una ciudad: busca la identificación, la ayuda, la solidaridad de una comunidad.

Zygmunt Bauman (2003) describe ampliamente lo que significa la palabra comunidad: (…) Para empezar, la comunidad es un lugar “cálido”, un lugar acogedor y confortable (…) dentro, en comunidad, podemos relajarnos; nos sentimos seguros, no hay peligros…”

Las comunidades virtuales que se conocen hasta ahora las forman personas que tienen intereses, costumbres, pensamientos, gustos, problemas, enfermedades, y/o pasiones en común; individuos que logran identificarse con un grupo de personas de cualquier parte del mundo. El lugar de reunión es la red, espacio virtual que está disponible a toda hora, donde a comunicación es abierta y en ocasiones, sólo el idioma la limita. Incluso se han dado casos en que relaciones importantes entre personas se forman o se rompen mediante información que existe en la propia red.

David Birchall y Laurence Lyoons en uno de sus trabajos “Creating Tomorrow´s organization” (1995) describen a estas comunidades virtuales como una telaraña de relaciones; las imaginan como un conjunto de firmas, unidades especializadas o individuos coordinados ya sea por el mercado que se presenta en la red o por la pertenencia a una organización.

Mencionan también que en la red se pueden observar dos componentes fundamentales: la infraestructura tecnológica y el aspecto social. El primero permite la transferencia de información y el segundo, lo forma la gente y su manera de interactuar en ella.

Conclusión
La apropiación de la tecnología como nuevo modelo de vida, los modelos urbanos despreocupados por la identidad, la sustentabilidad y la estética del lugar y del entorno, han hecho que los ciudadanos adopten o inventen nuevas formas de vida, nuevas formas de utilización de estos lugares o espacios, tratando de adaptarse lo más pronto posible a los dramáticos cambios que las ciudades contemporáneas experimentan.

Es verdad, el mundo virtual es un mundo nuevo y fácil. Los espacios de interacción de las personas están cambiando: los espacios públicos como las plazas, el mercado, el cine, que eran los lugares habituales de reunión, están siendo sustituidos por espacios privados a los cuales podemos acceder a través del internet. Las casas habitación están cambiando, llenándose de tecnología: video juegos, computadoras o televisor. Los espacios públicos están cambiando, las ciudades, cambian ante este nuevo panorama de vida.

La arquitectura se estandariza; las viviendas se realizan por millares y sin personalidad. Se deja a un lado el diseño por la economía y la rapidez. Son comunes en la mayorías de las ciudades de mediana escala, la aparición de colonias o espacios residenciales cerrados, en donde la clase social privilegiada logra aislarse del exterior. No existe la necesidad de salir de esa área urbana pues se cuenta con todo lo necesario alrededor: colegios, centros comerciales, servicios, trabajo, campos de golf, clubes de deportes y esparcimiento, y se logra distinguir en el contexto geográfico y temporal que pretende tocar este trabajo, la aparición de una polarización cada vez más enfatizada de la población de las grandes ciudades.

¿Qué efectos tendrán la extensión de estas nuevas tecnologías y prácticas en las urbanizaciones futuras?¿Cuáles en el individuo y en la sociedad?


Imágenes:1,2 y 3, de libre circulación en la internet. De la 4 en adelante, autoría de estudiantes de la Facultad de Arquitectura Xalapa, Universidad Veracruzana.

Bibliografía.BAUMAN, Zygmunt (2003) Trabajo, consumismo y nuevos pobres. Gedisa, Barcelona.
BAUMAN,Zygmunt, (2003). Comunidad. En busca de seguridad en un mundo hostil. Madrid. Ed. Siglo XXI.
BECK, Ulrich, et alt. (1999) Un nuevo mundo feliz. Barcelona, Paidós.
BIRCHALL, David and Lawrence Lyons, (1995). Creating Tomorrow´s Organization, London, Pitman Publishing.
CASSIRER, Ernst (1951). Las Ciencias de la Cultura. México, FCE.
HALL, Peter (1998). Cities in Civilization, Nueva York.
KLEIN, Naomi (2002) No logo. Barcelona, Paidós.
KUNZ Ignacio. Conferencia “Los nuevos paradigmas de la Planeación urbana” /Facultad de Arquitectura/UNAM. Impartida en la Semana Internacional del Urbanismo y Medio Ambiente. SIUMA. Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño. Universidad de Guadalajara. Sep, 2009.
LÉVY, Pierre, (1995). ¿Qué es lo virtual? Barcelona. Ed. Paidós.
NARVÁEZ, Adolfo B. (2001). “Los Condominios Constitución en Monterrey: Historia de dos Ciudades” en “La casa de América” arquitectura y desarrollo sustentable.” Ed. Universidad Autónoma de Camagüey, Universidad Autónoma de Nuevo León. Monterrey, N.L. México.
RIFKIN, Jeremy (1994) El fin del trabajo. Nuevas tecnologías contra puestos de trabajo: el nacimiento de una nueva era. Prólogo de HEILBRONER, Robert. México, Paidós.
SASSEN, Saskia (1991). The Global City, New York, London, Tokio. Princeton, Princeton University press.
VIVIEZCAS, Fernando. Especialista en Vivienda Popular, Institute for Housing Studies, Rótterdam, Holanda. Conferencia “El escenario de la metrópoli contemporánea” impartida en la ciudad de Guadalajara , Jal. Universidad de Guadalajara. Sep. 2009.
ZÁRATE, Lorena. Conferencia “La Gestión Social de Suelo y Vivienda” Coordinadora de la Oficina Regional para la Coalición del Hábitat para América Latina. Impartida en la Semana Internacional del Urbanismo y Medio Ambiente. SIUMA. Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño. Universidad de Guadalajara. Sep, 2009.

Invitación a escribir en RUA 4


Con el fin de conmemorar los aniversarios de la Independencia y la Revolución, se les invita atentamente a participar con ensayos y reflexiones sobre arquitectura y urbanismo relacionados con la vida nacional, a fin de integrar el nuevo contenido la Revista RUA, órgano de divulgación de la Facultad de Arquitectura Xalapa de la Universidad Veracruzana, en su cuarto ejemplar.

Les recordamos que los números previos de RUA y algunos otros productos editoriales de la misma Casa de estudios se encuentran a la venta en el Área Administrativa de la facultad.

Porque la palabra escrita es una forma modesta pero segura de transmisión del conocimiento, les reiteramos la importancia de su participación.

jueves, 22 de abril de 2010

22 de Abril, Día de la Tierra


Daniel R. Martí Capitanachi.

Antes que todas las ciudades y de cualquier civilización, el planeta merece nuestro mayor respeto y consideración. Agobiada en el Siglo XXI por el cambio climático generado por el hombre en el pasado reciente, la Tierra parece manifestarse con una serie de eventos catastróficos que advierten la necesidad impostergarble de variar el patrón de desarrollo y el modo de aprovechamiento de los recursos naturales.

El proclamado derecho al medio ambiente limpio parece necesario de extenderse en su significado para ahora requerir convertirse en un derecho para la conservación del hábitat. Implica un cambio de consciencia y una mayor congruencia entre el discurso y las obras.

La sustentabilidad del desarrollo, aquélla que invoca la utilización actual de los recursos sin comprometer su disfrute a las generaciones futuras, cobra cada día mayor importancia. Es tarea de construcción colectiva y no se constriñe a un día de celebración, sino al hacer cotidiano de los individuos, de las familias, las sociedades y la humanidad entera.

Como dice el slogan: Démosle un respiro al planeta!

miércoles, 14 de abril de 2010

Preservación de inmuebles con alto valor arquitectónico.


Diego Arturo Torres Hoyos.
Facultad de Arquitectura, Campus Poza Rica.
Universidad Veracruzana.

Por lo tanto, cuando construyamos, pensemos que construimos para siempre…Hagámoslo de tal manera que nuestros descendientes nos lo puedan agradecer, y pensemos, mientras colocamos piedra sobre piedra, que llegará un día que dirán…mientras contemplan nuestras obras, “Fijaos, esto es lo que hicieron nuestros padres por nosotros!”
John Ruskin, 1849


INTRODUCCIÓN.
El objetivo de la presente propuesta es fundamentar la estrategia de la preservación para conservar el patrimonio cultural; el compromiso deberá tener una responsabilidad conjunta en todos los ámbitos gubernamentales inherentes al hecho que nos ocupa. La posición anterior se deriva de la obligación de mantener la memoria histórica inscrita tangible e intangiblemente en los bienes patrimoniales que reflejan los hechos históricos y sociales en la formación de las ciudades y en el comportamiento de sus habitantes. El trabajo se ubica principalmente en el patrimonio cultural tangible inmueble, por tanto, se hace necesario, en principio, encuadrar conceptualmente los aspectos referentes al patrimonio como herencia comunitaria hacia los descendientes de una ciudad y el conjunto de conocimientos y formas de pensar que conforman la cultura de un lugar o región.

Ulteriormente, se manifiesta en forma estructurada el origen de la especificidad del patrimonio cultural dentro del aspecto tangible y su dirección hacia los bienes inmuebles, así mismo, se plantea la importancia de su imagen significativa como icono representativo de un sitio en función de los valores espirituales e intangibles como patrimonio edificado y su influencia dentro de la ciudad y entre su sociedad generando un paisaje cultural que aporta identidad y orgullo. Después del fundamento anterior, la propuesta se centra en el aspecto de la catalogación presentando la descripción de los indicadores más utilizados por organismos especializados en la clasificación de los puntos jerárquicos del valor patrimonial de los edificios y que se encuentran inscritos en los listados técnicos indicativos del inventario del patrimonio tangible inmueble.

Enseguida se señala la importancia de conocer y aplicar los preceptos que conforman la legislación relativa a la defensa patrimonial para esgrimirlos por parte de la autoridad y la participación ciudadana como instrumento legal y económico para preservar el estado de la edificación y en su caso el mejoramiento del inmueble catalogado. Como punto final, el planteamiento de la propuesta se materializa en un caso de estudio establecido en el enclave urbano de Poza Rica, Ver., ciudad que a pesar de su reciente formación con un antigüedad de 58 años presenta edificaciones factibles de catalogar por su importancia histórica, social, urbana-arquitectónica y legal.

CONCEPTUALIZACIÓN.
La preservación como la acción de proteger y resguardar con anticipación un bien de un daño fortuito o deliberado es la diligencia que permite mantener el estado físico de los bienes de valor arquitectónico significativo y que forman parte del patrimonio cultural tangible inmueble. A través del tiempo, la humanidad ha tenido la imperiosa necesidad de heredar a las nuevas generaciones sus espacios físicos y espirituales, sus valores y actitudes, sus conocimientos y significados y sus formas de organizarse y comunicarse, elementos esenciales que dan lugar a la cultura de los pueblos, cuando el habitante se identifica con ellos surge un estado de pertenencia social producto del acto natural e insondable de memorizar para reconocer palmo a palmo sus ámbitos y costumbres.

A continuación se presentan dos conceptos radicalmente opuestos sobre el tema, al respecto, Roth (1993, p. 142) expresa aludiendo una cita de Ruskin cuando este defiende a la Arquitectura Medieval Inglesa, “Una vez más, el asunto de si debemos o no conservar los edificios del pasado no es una cuestión de convivencia o de sentimiento. No tenemos ningún derecho a tocarlos. No son nuestros, Pertenecen en parte a quienes los construyeron, y también a las generaciones futuras que nos seguirán”. En cambio Viollet-Le-Duc opina “devolver al edificio el estado que pudo haber tenido” o “un estado que nunca llegó a tener”.

Los objetos físicos que además de su carga material evidencian un peso espiritual producto de la identidad entre la comunidad y que sobresalen de cualquier objeto real son elementos que han llegado al estrato hereditario de la cultura. El patrimonio como definición primigenia establece los bienes heredados por el hijo, provenientes de sus padres y abuelos. En la actualidad, la acepción se constituye dentro del ámbito de lo público y lo privado como la transmisión de la herencia, el traslado de los bienes naturales o por las actividades del ser humano a los descendientes y la identidad que han generado los objetos tangibles e intangibles por su significado.

Así mismo, la cultura fuera del concepto humanístico que la ubica en la erudición y del científico que la posiciona dentro de niveles culturales altos o bajos, prominentemente se refiere a la manera de ser y vivir de los grupos sociales, Decolaris (2002, p. 1) al respecto, expresa “Cultura es la forma de vivir de una sociedad a partir de los elementos que comparten sus miembros y transmiten a sus descendientes a través de las tradiciones comunes, de la herencia cultural y social. Cultura es la enseñanza de pautas culturales de generación en generación de acuerdo al status que le toque ocupar a cada uno de los individuos. Cultura es también la modificación de lo recibido y la proyección hacia el futuro de los anhelos del grupo social”.

Un componente que forma parte del binomio patrimonio y cultura es lo concerniente a los símbolos y los signos, estos elementos forman parte de las diferentes comunidades a lo largo de su legajo cultural. Ferdinand de Sauusure (1857-1913) lingüista suizo, precursor de la semiótica, expresa “Una ciencia que estudia los signos de la vida social”. Una cultura se entiende mejor entre sus integrantes por el uso de los símbolos, de hecho, el lenguaje es producto de esa actividad, el resultado final es la comunicación. La importancia de un objeto cultural no se podría diseminar sin la ayuda de un movimiento comunicador que genera en consecuencia la transcripción del hecho por medio de la escritura para preservar documentalmente el desarrollo histórico del objeto material o inmaterial y por ende, fundamentar su conservación.

Por lo anterior, el objeto cultural tangible o intangible que trasciende a los tiempos y está fijo en la memoria de los residentes de un lugar está cohesionado por las características del patrimonio y la cultura resultando de esto, una unidad que produce información y se hace necesario preservar obligatoriamente por las autoridades de los diferentes niveles de gobierno. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) establece como definición del patrimonio cultural al “conjunto de bienes muebles e inmuebles, materiales e inmateriales, de propiedad de particulares o de instituciones u organismos públicos o semipúblicos que tengan valor excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte, de la ciencia y de la cultura y por lo tanto sean dignos de ser considerados y conservados para la nación”.

PATRIMONIO CULTURAL TANGIBLE INMUEBLE.
En relación al objetivo que nos ocupa del presente trabajo, es necesario especificar dentro de la clasificación general del patrimonio cultural, el tipo denominado tangible inmueble. Como primera instancia, el patrimonio tangible se refiere “al conjunto de bienes muebles e inmuebles, obras literarias y artísticas, espacios naturales y urbanos, así como los elementos que los conforman, como objetos, estructuras arquitectónicas, flora, fauna y formaciones naturales en sus diferentes momentos: paleontológicos, arqueológicos, artísticos e históricos”. Tal aseveración es una ordenanza inscrita en la Ley del Patrimonio Estatal del Estado de Veracruz, Capítulo 1, Artículo 5, párrafo XII. Y agregando el término inmueble.

Este tipo de patrimonio está constituido, como lo define Mac Gregor (2007, p. 8) “los lugares, sitios, edificaciones, obras de ingeniería, centros industriales, conjuntos arquitectónicos, zonas típicas y monumentos de interés o valor relevante desde el punto de vista arquitectónico, arqueológico, histórico, artístico o científico, reconocidos y registrados como tales. Los bienes culturales inmuebles son obras o producciones humanas que no pueden ser trasladadas de un lugar a otro, ya sea porque son estructuras (por ejemplo, un edificio), o porque están en inseparable relación con el terreno (por ejemplo, un sitio arqueológico)”.

Dentro del patrimonio cultural tangible inmueble se encuentra el patrimonio edificado o arquitectónico conformado tanto por edificios monumentales y representativos como por edificaciones sencillas y moderadas con el distintivo de enlazar con base en la identidad su expresión arquitectónica con las áreas urbanas o ciudades en donde se localizan provocando la concepción de la identidad. También en este contexto se ubica las construcciones vernáculas y los sitios arqueológicos agrupados o individuales, en consecuencia, cuando el edificio adquiere una fuerza inmaterial, se dice que adquiere un valor museal a efecto de los atributos intangibles que lo complementan y por lo mismo, lo sitúan dentro del campo de la semiótica, ya que, el edificio significa o se significa por una situación histórica, social, científica, espiritual.

Cuando las particularidades intangibles del objeto cultural arquitectónico trascienden de su tiempo y de la actividad para lo que fue creado, además del valor museal adquiere un valor testimonial, en virtud de que ha estado presente testificando el proceso de formación y desarrollo de las ciudades desde su punto de localización, siendo en algunos casos símbolo edificado representativo de una ciudad, luego entonces, al existir la condición anterior se crea “el paisaje cultural” resultado de la intervención que hace el ser humano en la morfología del sitio, naturaleza y sociedad en actuación conjunta; la primera estableciendo su jerarquía permitiendo la integración del objeto arquitectónico a ella y lo social, adaptando el elemento natural a su intervención urbano-arquitectónica. Garré (2001, p. 6) manifiesta, “Este patrimonio urbano arquitectónico inserto en el paisaje cultural -en conjunto- pone en evidencia la existencia de una identidad cultural tangible en el medio ambiente que nos rodea. Este paisaje cultural resultante, semejante a un rompecabezas debido al dinamismo cultural producto de varias generaciones y/o culturas, brinda la idea de identidad cultural de una región”.

Actualmente, existe como parte del patrimonio cultural el denominado patrimonio industrial, la razón por la que se relaciona dentro del presente trabajo esta tipificación es la mención que se hace en otra sección de la propuesta de la ciudad de Poza Rica, Ver., como caso de estudio. En forma primordial, se demuestra el patrimonio tangible inmueble con algunos ejemplos provistos de tendencias arquitectónicas y hechos significativos y de manera complementaria, se alude al concepto industrial, en virtud de que Poza Rica es una zona eminentemente urbana y sus orígenes son producto del asentamiento industrial referido al sector petrolero, mismo que generó instalaciones e infraestructura edificada con vocación de la Arquitectura industrial.

La herencia edificada industrial nace en la etapa histórica de la Revolución Industrial, por el decremento de la labor artesanal surge en forma de proceso, la manufactura de bienes de producción, necesitando esta actividad un espacio adecuado para el trabajo en serie, en consecuencia, nacen las grandes naves industriales incorporando como material principal el acero con el objetivo de salvar grandes claros y edificar alturas proporcionadas para albergar la maquinaria requerida, estos procedimientos y sistemas constructivos se lograron por la ligereza y esbeltez que presentaban las piezas del material básico. El sector de la industria, a lo largo de su progreso ha dejado evidencias arquitectónicas que van de la mano con los hechos históricos del lugar al que corresponden y han coadyuvado a forjar la identidad del sitio.

En la actualidad, existe un sinnúmero de construcciones en desuso generando en las ciudades un problema de imagen, ocupación de suelo, subutilización y contaminación ambiental. Por lo anterior, instituciones como la UNESCO y el Comité Nacional Mexicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS Mexicano) se han dado a la tarea de fundamentar la clasificación de este patrimonio, documentarlo y posteriormente el registro en la legislación para su ulterior preservación. Hidalgo (2005) manifiesta “A su vez y como bien lo señala Aldo Guzmán, este patrimonio puede dividirse en tangible: como son los bienes inmuebles (las fábricas, talleres, minas, campamentos, etc.) y los bienes muebles (archivos, mobiliario, maquinaria, herramientas, etc.) e intangible: relacionado a la cultura obrera (formas de vida, costumbres y tradiciones, know how, etc.)". Específicamente, en nuestro país, el Comité Mexicano Para la Conservación del Patrimonio Industrial tiene como objetivo emprender iniciativas que permitan evaluar, estudiar, defender y conservar todos aquellos bienes representativos del proceso de industrialización en México.

LA ESTRATEGIA DE LA PRESERVACIÓN EN EL CONTEXTO LEGAL.
En toda investigación, la propuesta de los objetivos y nivel estratégico debe llevar una carga analítica importante, ya que después del encuadre y el diagnóstico, estos son los puntos clarifican y direccionan el trabajo investigativo hacia la obtención de un resultado aceptable, por tanto, se requiere fundamentar bajo la tutela de un marco legal, la preservación de los inmuebles de alto valor social y arquitectónico. La justificación normativa para la conservación del patrimonio cultural a nivel federal mediante un proceso de regulación, se establece en nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: Artículo 73°, fracción XX e instituye en específico la protección y recuperación, de los monumentos arqueológicos, bienes inmuebles y muebles artísticos e históricos con valor estético y significativo relevante en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos: Artículo 2°, 33°.

A nivel estatal, todas las entidades federativas ostentan una legislación específica referente al aspecto patrimonial de la cultura, tomando como ejemplo el Estado de Veracruz en la Ley de Patrimonio Cultural: Artículos; 4°, 5°, 26° y 27°, instaura la preservación, recuperación y tutela de bienes patrimoniales de alto valor histórico-social con más de 50 años y en el rango municipal, el Artículo 115 Constitucional mandata a las autoridades municipales vía la Ley Orgánica del Municipio Libre, Artículo 50, párrafo III, promover la conservación de edificios y monumentos, así mismo, esta acción gubernamental se planifica dentro del Plan Municipal de Desarrollo correspondiente y/o en el Bando Legal Municipal elaborado para tal fin.

En el estrato internacional, el primer fundamento que propone el tema del patrimonio es la Carta de Atenas manifiesto urbanístico redactado en el IV Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM) celebrado a bordo del buque Patris II en 1933 en la ruta Marsella-Atenas-Marsella (el congreso no había podido celebrarse en Moscú por problemas con los organizadores soviéticos) siendo publicado en 1942 por el arquitecto de origen suizo nacionalizado francés Le Corbusier (1887-1965). Este documento, apuesta por una separación funcional de los lugares de residencia, ocio y trabajo poniendo en entredicho el carácter y la densidad de la ciudad tradicional y la preservación del patrimonio histórico.

Emanada de las propuestas de Atenas, en 1964, se elabora en Venecia la “Carta Internacional sobre La Conservación y La Restauración de Monumentos y de Conjuntos Histórico Artísticos” con el objetivo de marcar las pautas y condiciones que cada nación debe instaurar en la legislación con base en su propia cultura para conservar y restaurar en su caso los inmuebles con alto valor destacando que los principios deben proponerse en común por todos los países miembros del ICOMOS. Desde esta reunión hasta la asamblea realizada en México en 1999, el asunto del patrimonio cultural se ha modificado de acuerdo a las circunstancias locales e internacionales estableciéndose; definiciones, criterios, tipologías y conceptos siempre con la consigna de la obligatoriedad de la salvaguarda del patrimonio cultural tangible e intangible.

Dentro del aspecto de la preservación, la decisión para realizarla se somete a razonamientos que dilucidan la forma como se debe proceder con base al fin al que se quiere llegar. Sánchez Hernández propone tres criterios; identificación-selección, definición-contextualización y el de intervención: El primero se refiere al reconocimiento del edificio como objeto cultural mediante un diagnóstico que esclarezca el valor testimonial y museal del patrimonio edificado, el segundo destaca los valores de la edificación y la representación de su significado y el tercero corresponde a la necesidad de aplicar una restauración “partiendo de aspectos como reversibilidad, sello de la época, integración, reforma, y sobre todo respeto a su autenticidad sobre edificio u objetos fidedignos de una época”.

A continuación se presenta la tabla No.1 en donde se exponen los indicadores que conforman la ficha de inventario del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Este listado se estructura con base a los elementos arquitectónicos, urbanos, técnico-constructivos y de implicación social que contiene una edificación susceptible de ser catalogada. Toma en consideración las propuestas y acciones socializadas en las reuniones relacionadas con la conservación y restauración del patrimonio cultural auspiciadas por instituciones como UNESCO, ICOMOS y Comités Nacionales.

Tabla No. 1
FICHA DE INVENTARIO DE EDIFICIOS DE ARQUITECTURA CIVIL
INHA.
1. DENOMINACIÓN.
2. PAÍS.
3. UBICACIÓN.
Localización.
Emplazamiento geográfico.
Plano de ubicación de la ciudad.
Accesibilidad.
Plano de ubicación del área urbana.
Entorno.
Localización política-administrativa.
4. DATOS DE LA PARCELA.
4.1 DATOS GENERALES DEL EDIFICIO.
Carácter
Agrupación
Edificio individual o conjunto
Propietario
Proyectista o constructor
Año de realización
Uso del suelo
Cantidad de personas
Condiciones de habitabilidad
Corriente estilística
5. DATOS Y ETAPAS HISTÓRICAS.
6. DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA.
Tipología edificatoria.
Componentes técnico-constructivos.
Materiales de construcción.
Otros elementos de interés
7. ELEMENTOS PATRIMONIALES EXISTENTES.
8. CONSERVACIÓN.
8.1 PROTECCIÓN JURÍDICA.
Plan urbanístico o director.
Protección ambiental.
Inventario.
Grado de protección del edificio y el entorno.
Catalogación.
Administración responsable.
Estado de conservación.
Autenticidad.
Integridad del inmueble.
Principales ensanches y transformaciones.
Grado de implicación social de la población.
Autenticidad del entorno.
Integridad del entorno.
Agresiones.
Degradación ambiental.
Propuestas de Actuación.
9. FOTOGRAFÍAS.

CASO DE ESTUDIO, POZA RICA, VER.
El objetivo de realizar la catalogación de inmuebles significativos e históricos de la ciudad de Poza Rica, se justifica por ser un enclave ubicado en una posición estratégica que permite la comunicación entre el norte y el sur del país y el enlace con el altiplano a 250 kms. aportando una economía regional y de desarrollo producto de las actividades inherentes a los sector industrial y terciario que apuntala la región norte del Estado de Veracruz. Poza Rica nace hace 83 años por la inmigración de trabajadores petroleros de áreas petroleras circundantes, después de 20 años, en 1951 por el incremento económico y poblacional adquiere el nombramiento de municipio. Actualmente cuenta con una población aproximada de 180,000 habitantes en una superficie de 6,400 hectáreas.

Con base a la temática que nos ocupa, Poza Rica, crece bajo el trazado de la ciudad industrial y pertenece al tercer nivel de organización humana, la sociedad industrial; los espacios crecen y son dispuestos con base al orden natural establecido por una actividad extractora, la explotación del petróleo. La urbanización y edificación de tipo industrial se disemina a lo largo de los caminos que van hacia los terrenos en donde se localizan los pozos petroleros y las instalaciones afines. La dinámica de la actividad petrolera genera la instalación del sector comercial y de servicios, luego entonces, la ciudad y su sociedad comienzan a aceptar el cambio cultural y el sentido de pertenencia producto de la seguridad en su economía y propiedad privada, en consecuencia surge el fenómeno de la industrialización, Reissman (1972, p. 199) expone “el cambio social a escala masiva” que se ocasiona donde “…Están implícitos una serie de cambios críticos en la educación, en la estructura familiar, en la estructura de clases, en las formas políticas, en los valores y creencia sociales”.

Como resultado de lo anterior y aunada a un poder económico que determina la aparición de la clase media con diferentes bagajes culturales y una hacienda municipal afianzada, la construcción de equipamiento urbano para diferentes actividades se realiza de acuerdo a tendencias arquitectónicas que a la larga aportarán una identidad entre los residentes por el valor intrínseco de su forma y expresión y su significado histórico que actualmente se hace necesario catalogar y por ende preservar. A continuación se exponen algunos ejemplos representativos.

Ejemplos de arquitectura relevante en la ciudad de Poza Rica.

Figura No. 1 Entrada principal y campanario de la Iglesia del Sagrado Corazón. Esta edificación, presenta una característica de esta Arquitectura, el denominado “brisei soleil” que significa “parte luces” refiere a una variedad de permanente de sol y sombra. Esta técnica suele utilizarse para impedir recalentamiento durante el verano.


Figura No. 2 Vista frontal del Palacio Municipal, se expone el mural de pablo O’Higgins. El edificio civil administrativo evidencia la tendencia del funcionalismo contemporáneo que, entre todas las consideraciones del proyecto, hace hincapié en aquellas que se refieren a la función por encima de cualquier consideración meramente estética. En consecuencia, rechaza la ornamentación y considera que la composición de un edificio tan sólo debe expresar su cometido.


Figura No.3 Fachada principal del Teatro Social de la Sección 30. Edificio de tendencia Art Decó movimiento de diseño popular a partir de 1920 hasta 1939 (cuya influencia se extiende hasta la década de 1950 en algunos países), afectando a las artes decorativas tales como arquitectura, diseño interior, y diseño gráfico e industrial, también a las artes visuales tales como la moda, pintura, grabado, escultura, y cinematografía.


Figura No.4 Vista del Casino Obrero Petrolero. Edificio recreativo La arquitectura orgánica es una filosofía de la arquitectura que promueve la armonía entre el hábitat humano y el mundo natural. Mediante el diseño busca comprender e integrarse con el sitio, los edificios, los mobiliarios, y los alrededores para que se conviertan en parte de una composición unificada.


Figura No.5 Talleres Generales interior Campo PEMEX. Edificio representativo de la Arquitectura Industrial. Los efectos de la revolución industrial se hicieron sentir en todos los ámbitos de la vida contemporánea. La arquitectura, como disciplina muy afectada por la tecnología. La incorporación de nuevos materiales como el hierro, implicaba un cambio radical de la apariencia de la arquitectura, lo que hace necesario ampliar el concepto de arquitectura.




Figuras No.6 y 7 Boulevard Ruiz Cortínez. Vialidad primaria de la ciudad, su traza urbana adquiere una tendencia creada por Haussmann. Este urbanista propone en el siglo XVIII en París, eliminar calles antiguas y sinuosas derriba edificaciones y amplia la vialidad para integrar a la naturaleza. Las reemplaza por anchos bulevares con camellones provistos de andadores centrales jardinados flanqueados por edificios de altura uniforme.

Es necesario exponer que los ejemplos anteriormente descritos cumplen con el requisito de antigüedad de 50 años ó más como lo establece la legislación y normatividad del Estado de Veracruz al respecto del Patrimonio Cultural.

CONCLUSIÓN.
La preservación del patrimonio tangible inmueble al ser una herencia histórica de la sociedad, formar parte de su desarrollo urbano y aportar una parte de la identidad tan necesaria en este siglo XXI caracterizado por la falta de valores, es de imperiosa necesidad la obligación que tienen las autoridades de los tres niveles de gobierno en nuestro país en conjunto con la participación ciudadana preferentemente la del sector educativo de fomentar programas más activos e impactantes de conservación de la memoria tangible e intangible de nuestras ciudades desde una significativa edificación que además está habitada y tiene vida por realizar una función hasta una tradición arraigada que enriquece la vida humana. La memoria es una facultad del ser humano para recordar y actuar, es un motivo para vivir y en la escolástica es una potencia del alma. Eduardo Galeano refiere lo siguiente “Quiero una felicidad que nace de la memoria y contra ella combate. Que proviene de la memoria y de la experiencia y que de ella está adolorida, que de ella está herida, está por ella lastimada, pero que a partir de ella camina. No es la memoria como ancla, sino como catapulta, no la memoria como puerto de llegada, sino como puerto de partida...Esa es la memoria en la que yo creo.”

BIBLIOGRAFÍA:
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DECOLARIS, Nelly, “El valor del patrimonio: entre lo tangible y lo intangible”
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GARRÉ, Fabián, “Patrimonio arquitectónico urbano, preservación y rescate: bases conceptuales e instrumentos de salvaguarda”, 2001 www.dibam.cl/dinamicas/DocAdjunto_34.pdf
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ROJAS, Javier, “El Patrimonio Industrial Intangible y la Construcción e los Valores de la Cultura Industrial de Monterrey” Monterrey 2004.
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