sábado, 15 de agosto de 2009

El Análisis de lo Sociocultural en el ordenamiento de los asentamientos humanos

Aplicable a comunidades que NO manifiestan las mismas características que la ciudad.

M. Arq. José Antonio Ochoa Acosta

Preguntas Base
¿Qué características de la cultura influyen en la conformación de los entornos construidos?
¿Qué influencia ejerce el entorno construido sobre la cultura?, y finalmente,
¿Cuáles son los mecanismos que ligan la mutua interacción entre cultura y entorno construido?

Objetivos de la propuesta
Identificar el grado de influencia de los factores; físico geográfico, socioeconómico y cultural en el desarrollo urbano de una pequeña localidad.
Conocer la concepción simbólica de la población acerca de diversos elementos naturales así como su relación con la orientación y distribución de los asentamientos humanos.
Reconocer las prácticas culturales más relevantes que definen a la población indígena o rural, destacando el análisis sobre el significado y uso de los espacios públicos y la vivienda.
Ubicar el tipo de materiales utilizados en la construcción de la vivienda tradicional y del entorno urbano.
Identificar y analizar los principales programas y acciones gubernamentales en materia de ordenamiento territorial, resaltando los alcances y limitaciones de sus políticas en torno a la satisfacción de los requerimientos socioeconómicos y culturales de la población indígena o rural a quien va dirigida.
Generar propuestas y recomendaciones, en términos de política pública, sobre la manera de potenciar las acciones institucionales de ordenamiento territorial en localidades y comunidades indígenas o rurales.

Propuesta 1 - La diferencia entre análisis y diagnóstico
Antes de introducirse en el tema de los rasgos socioculturales, es muy importante distinguir, en una metodología de ordenamiento territorial, la diferencia entre lo que es el análisis y el diagnóstico ¿Por qué? Pues porque cada etapa conlleva acciones completamente distintas y una es consecuencia de la otra. Mientras que el análisis es la separación de las partes de un todo para entender mejor sus manifestaciones, la diagnosis es la acción de diferenciar una situación particular de un modelo ideal o anteriormente establecido. Por ejemplo, un médico examina a una persona (caso de estudio) realizando distintos exámenes (análisis) y la suma de los resultados de cada prueba le permite emitir un diagnóstico conforme a un ideal de salud para esta persona.

En el caso del ordenamiento territorial, únicamente se puede emitir un diagnóstico a la conclusión de varios análisis – geográfico, socioeconómico, urbano y, en su caso, sociocultural. Por ejemplo: El equipamiento urbano que durante la etapa de análisis se debe cuantificar conforme a las UBS, en el diagnóstico deberá reconocerse el déficit o superávit por cada subsistema conforme al ideal de desarrollo que propone la SEDESOL en sus normas de equipamiento. La suma de todas las variables y principales indicadores de cada análisis podrán determinar, entonces, un sólo diagnóstico integrado para el fenómeno urbano en estudio, con base en un concepto ideal de desarrollo.

Propuesta 2 – El análisis cualitativo
Datos e indicadores de estabilidad social y cultural
En 2007 se llevó a cabo un estudio de evaluación socioeconómica para la zona de monumentos de Tlacotalpan, mismo que derivó en la elaboración del programa especial para la conservación y manejo de su zona de valor patrimonial. Cuando se trabajó en la etapa de análisis, se consultaron los indicadores que manejan el INEGI y la CAEV sobre electrificación y agua potable señalando una cobertura aproximada del 97% de cada servicio sin embargo, y con gran sorpresa, mediante un estudio cualitativo se detectó que el agua que llega a las casas es de muy mala calidad, de los cuatro pozos que se reportan, dos no funcionan, otro esta contaminado y el único que se explota ofrece a la ciudad un servicio lleno de tierra y de malos olores. Este estudio permitió reconocer, en el caso de la electrificación, que por las noches, a la hora que la mayoría de las casas enciendes sus luces, la potencia de la iluminación disminuye, presenta altibajos o, en casos, se suspende el servicio debido a que la red, incluyendo sus transformadores, no soporta la demanda del mismo.
Las herramientas del análisis cualitativo (observación participante, entrevistas, encuestas, consultas, cuestionarios, entrevistas a profundidad y reuniones comunitarias) permiten, al estudioso del asentamiento humano, reconocer; la calidad de vida del habitante, los niveles de seguridad y las expresiones de violencia que pudieran existir. La eficacia de los servicios de salud y educación y, en su caso, los grados de interculturalidad que presenta una sociedad.

Los estudios cualitativos se realizan, principalmente, para conocer la opinión de los habitantes sobre la calidad de los servicios que le ofrece su asentamiento. De manera paralela, es de sumo valor la realización de entrevistas a profundidad con diversos actores del desarrollo (representantes de organizaciones, funcionarios locales, estatales y federales) y, así, obtener un panorama integral de la problemática territorial.

Un análisis cualitativo, en algunos casos, humaniza la frialdad de cualquier estudio que sólo aprovecha los datos estadísticos para su integración. Vuelve los ojos a lo más importante que debe atender un urbanista, que no es el color para definir los usos del suelo ni la propuesta de estructura vial, es, mas bien, hacia el habitante común que pocas veces es escuchado con este nivel de acercamiento.

Propuesta 3 – El análisis sociocultural
Introducción
Los pueblos y comunidades indígenas de México están conformados por cerca de diez millones de personas que tienen sus propias culturas y lenguas, sin embargo, en su mayoría no disfrutan aun de condiciones económicas y sociales que les propicien una mejor calidad de vida. La mayoría de las comunidades se caracterizan por contar con altos niveles de pobreza y con una situación de desventaja, en todo sentido, al promedio nacional. Prevalece la escasez de empleos, bajos salarios y altos niveles de desnutrición; una notable tasa de mortalidad y morbilidad materna e infantil, un amplio rezago educativo, dificultades de acceso a una vivienda digna, así como de dotación básica de infraestructura urbana.

El tema del desarrollo urbano y la vivienda en el ámbito indígena es un motivo de atención de los especialistas en las ciencias sociales -antropólogos, sociólogos, etnólogos-, así como de organizaciones e instancias gubernamentales. A pesar de este interés, la documentación existente permite afirmar que hay, por un lado, la anarquía y desconocimiento de la autoridad local para llevar a cabo un correcto desarrollo urbano y, por otro, la imposición de acciones por parte de autoridades de órdenes superiores de gobierno, ajenos a una realidad loca. En el mejor de los casos, y sin estudios previos que garanticen el éxito, en los pequeños asentamientos se intenta replicar las acciones de programas o estrategias que resultaron exitosas en otras latitudes con características socioeconómicas y culturales, sino completamente distintas, ajenas a las de un ámbito de estudio rural mexicano o veracruzano.

Estas líneas han intentado reflexionar sobre ¿Cómo se puede mejorar la calidad de vida en comunidades indígenas o rurales con éxito? ¿Qué parte de un estudio para el ordenamiento territorial permite descender a un ámbito meramente local y comprender sus manifestaciones? Probablemente la respuesta pueda ser conociendo sus manifestaciones socioculturales y su relación con la sociedad.

Las manifestaciones socioculturales
“Las manifestaciones de la cultura permiten establecer los límites del yo frente al otro yo, dando identidad al individuo, al grupo o a la ciudad ya que determinan cuales son las características importantes y validas, útiles y significativas para una identidad; sin embargo es también lo que da diversidad al definir los limites de una región en términos de lo que sé comparte con otros grupos y lo que no se comparte” (Amerlinck y Bontempo, 1994, p. 86). Las manifestaciones socioculturales son el conjunto de factores o características de los sistemas políticos, económicos, sociales y culturales que identifican a un asentamiento humano, una región o un país. Estos factores son, en primer lugar, de orden geográfico y climático, pero se basan en un entorno local productivo y social.

“El entorno construido es un espacio donde convergen factores físicos, sociales y culturales, con un sentido y una característica humana universal que existe desde que el hombre es sedentario. Las viviendas, asentamientos y paisajes son producto del mismo sistema cultural y de la unión del mundo y son, por lo tanto, partes de un sólo sistema” (Rapapport, A, 1972, P.98).

Los factores socioculturales que se recomiendan analizar para la elaboración de un programa de ordenamiento territorial son; Comprensión del entorno (cosmovisión), distribución simbólica del espacio, arquitectura y vivienda tradicional, comunidad con sus costumbres, tradiciones y creencias religiosas.

Comprensión del Entorno - Cosmovisión
Como es sabido, la cosmovisión de una sociedad es el conjunto de sus opiniones y creencias que conforman la imagen o concepto general del entorno y del mundo, de donde interpreta su propia naturaleza y la de todo lo existente.
En el ámbito de los asentamientos humanos, conceptos geográficos, como el propio universo, la tierra, el agua, el aire, el fuego, el sol, rayos o cerros pueden ser factores que condicionan su ubicación, morfología, la relación de sus espacios y las conductas humanas.

Por ejemplo: La idea de los nahuas de la Sierra Norte de Puebla respecto a la geografía del cosmos, contempla la tripartición del universo en planos horizontales. “El cosmos es una superficie plana y finita, sobre y bajo la cual se encuentran los otros dos planos del mismo: el cielo, ilhuicac, rodeado por los astros y los fenómenos atmosféricos, y el inframundo, talocan en cuyo interior habitan las fuerzas y seres telúricos que mantienen un comportamiento ambiguo respecto del hombre” (Lupo, 2001, p. 335-389).

Un ejemplo más claro puede darse al analizar los escudos de armas de los municipios en Veracruz que reflejan, en su mayoría, la concepción local del universo. Como en el caso de Xalapa y su relación al cuarto cerro de los aztecas Nauhcampatépetl o Cofre de Perote y al quinto cerro, Macuiltepetl. En los municipios donde la vida económica e, incluso, su consolidación como asentamiento se debe a una actividad productiva especifica y que sin ella podría venir un proceso de deterioro social incluyen, sin dudarlo, el elemento económico vital. En el caso de los municipios de producción agropecuaria, es común encontrar algún elemento vegetal como el elote, la caña, la naranja, el café o una cabeza de ganado. En los industriales no falta el perfil de una fábrica o una torre de petróleo.

Comprensión simbólica del espacio
Aristóteles mencionaba que la ciudad es, por naturaleza, anterior a la vivienda y a cada uno de nosotros porque el todo es necesariamente anterior a la parte.
Un centro de población, en su conjunto, constituye un gran laboratorio para el análisis de las experiencias sociales. La estructura urbana, los cambios en la forma de expresión y estética urbana están relacionados con cambios en el modo de vida y la experiencia social.Diferentes formas de vida, conflictos sociales y nuevos estilos de vida parecen vincularse a los procesos de estructuración de la trama urbana. Esto intenta explicar la relevancia y significación del hecho urbano en la vida social, así como en los modelos de actuación, planificación y desempeño individual. Como resultado hay que subrayar:
1)la importancia de la estrecha y mutua implicación entre el hecho físico de la ciudad,
2)la estructura social que se cobija en ella y
3)las dinámicas personales y biográficas de cada uno de los individuos que la habitan.

La ciudad es el resultado de la confluencia de los parámetros de estos tres tipos: físicos, sociales y personales. En este caso, se les puede responder a las preguntas de inicio que, en la dinámica de la estructura urbana: primero, las personas construyen la ciudad y los edificios; luego, la ciudad construye a las personas, vale decir, determina su manera de pensar, sentir y actuar. Por esto, cualquier incorporación de políticas generales de desarrollo urbano no funcionara, en su totalidad, si está ajena a las realidades sociales.

En el caso de Xico, Veracruz que, cosmogónicamente, ostenta un fuerte vínculo entre el acceso a la ciudad, el templo de la Magdalena y el Cofre de Perote no ha sido bien visto, salvo por los propietarios del transporte público, el cambio de sentido de la vialidad principal (calle Miguel Hidalgo)

En el esquema original, la ciudad se iba abriendo modestamente a la mirada y se mostraba - cuadra por cuadra - hasta los pies del templo. La decisión de hacer esta calle sólo de salida olvida que la concepción urbana de la ciudad es anterior a la incursión del vehículo automotor. Ahora se da la espalda al concepto que originó el desarrollo de esta manera optando por una supuesta mejoría para el transito de vehículos.

Arquitectura y vivienda tradicional
El tema de la vivienda en el ámbito rural o indígena han sido un motivo de atención de los especialistas en las ciencias sociales, de organizaciones e instancias gubernamentales; no obstante, el análisis se centra desde el punto de vista físico constructivo. A pesar de este interés, la documentación existente permite afirmar que no se ha logrado definir un concepto universal de vivienda tradicional y es que, dependiendo de los diversos enfoques con que se aborde, se determina su definición. Se confunde fácilmente, en parte por tratarse de un tema de investigación poco desarrollado y porque al industrializarse la construcción de viviendas, se producen diseños que se repiten en serie para cualquier grupo social, sin tomar en cuenta su especificidad cultural.

Por otra parte, existen factores económicos y socioculturales que inciden en la construcción de la vivienda; para algunos sólo representa el valor de su uso, para otros es un sinónimo de estatus social y, para muchos, representa contar con patrimonio familiar, económico y cultural que preserva su identidad.
Debido a una ausencia real de información sobre las características de la vivienda tradicional en un ámbito ajeno a las ciudades, resulta esencial un análisis que descubra el significado que tiene, para sus moradores, la construcción de la vivienda y su uso. Este estudio seria un buen argumento para elaborar e implementar propuestas de Desarrollo Regional Integral, Sustentable e Intercultural, así como para brindar a las instancias gubernamentales involucradas en la promoción de vivienda, elementos claros para que las políticas públicas atiendan el tema desde una perspectiva local.

En Coacotla, municipio de Cosoleacaque, la poca vivienda tradicional que existe se construye en agrupaciones de 3, 4 y hasta 5 chozas ya que, cada una de ellas, son utilizadas para una función en especial. Una es el comedor, otra el área de estar, también pueden ser las recamaras o, una sola, fungir como dormitorio comunal. Conjuntamente, se edifican piezas accesorias para los servicios como la letrina, bodegas, un espacio para la colocación del lavadero o del fogón.
La mayoría de las chozas se colocan de forma que siempre estén refrescadas por los vientos dominantes del lugar y a la margen de caminos o calles. Debido a las características físicas de los materiales de construcción, la tecnología edificatoria aplicada y el aprovechamiento aislante de las cubiertas, las chozas siempre están levantadas en un solo nivel.

El sistema a base de tierra es utilizado en la región debido a que cuenta con propiedades térmicas que permiten, durante épocas de calor, un ambiente fresco en el interior mientras que, cuando bajan las temperaturas, la vivienda mantiene una temperatura templada.

Es muy importante rescatar la arquitectura tradicional de Coacotla ya que puede ser una alternativa económica para los problemas actuales de vivienda. Se integra perfectamente al paisaje y es biodegradable 100%. Es apta para los climas calurosos y, con la cubierta bien colocada, es resistente a la lluvia.

Comunidad - costumbres, tradiciones y creencias religiosas.
El análisis de la estructura social que se resguarda en la ciudad es determinante para complementar la planeación del desarrollo urbano con el desarrollo social y el económico. De esta manera, es posible sustentar y sostener mejor las líneas estratégicas a proponer.

Como parte de este análisis se mencionan a continuación dos factores importantes a considerarse:
Centros rectores y santuarios regionales.
Los centros rectores son los principales municipios donde se llevan acabo la actividad comercial, donde converge la producción de cada municipio cercano y que pueden ser de perfil: agrícola, artesanal, textil, entre otros. Casos que se repiten a lo largo de Veracruz son los famosos tianguis que se colocan los fines de semana en parques y plazas principales. Este fenómeno ha evolucionado en las ciudades aunque, ahora, en lugar de vender productos de la región, en estos mercados se venden artículos importados y de dudosa calidad. Sin embargo, este tipo de eventos permite una interrelación de ámbito regional que provoca también el intercambio de ideas y conductas, entre otros.

En el caso de los santuarios regionales, estos marcan la movilidad devocional que está relacionada con la visita en las fechas en las que se celebra alguna fiesta patronal. Los santuarios son también puntos de confluencia de diversos grupos. Es conocida por todos, la incidencia de personas que hay en torno a la Candelaria en Tlacotalpan, San Mateo en Naolinco, La Magdalena en Xico y el impacto urbano e intercultural que esto significa.

Tradiciones y costumbres urbanas
En lugar de describir a que se refiere esta parte del texto, viene mejor la incorporación de un caso que sucedió en torno al Parque Zamora del Puerto de Veracruz. En la administración municipal de 2005-2007 hubo el interés de construir un estacionamiento subterráneo por debajo del parque Zamora y proponiendo, como cubierta, un parque de diseño contemporáneo. Si bien el parque actual no cuenta con un patrimonio arquitectónico ni natural digno de preservarse, la propuesta propició fuertes reacciones ciudadanas en su contra. Pero ¿Qué les molestaba? ¡Su parque se iba a remodelar con un beneficio adicional!

De los correos cadena que se reciben recurrentemente, uno contenía una larga explicación en contra de la modernización del parque pero los argumentos utilizados eran bastante endebles. La idea de proteger unos almendros sin valor biótico interesante o la fuente de sodas construida con cemento y herrería no despertaban interés alguno. Sin embargo, un video anexo con imágenes del parque tenia como fondo el danzón número 2 de Márquez y, las últimas imágenes era de gente bailando en medio del parque y, esto, era el quid. El parque contiene la vida social de generaciones practicantes de este baile y todas las relaciones humanas y manifestaciones culturales que le rodean, lo que estaba en riesgo de perderse era esta costumbre urbana y, con ello, el significado que para sus habitantes es.

Propuesta 4 – El análisis de la participación de los actores del desarrollo urbano local
Una adición importante para cualquier estudio urbano debe ser la evaluación de la autoridad en los últimos años y en el presente. Esta valoración comúnmente no es bien vista por las autoridades que promueven los programas de ordenamiento territorial pues pone en la balanza su quehacer y verifica su rendimiento.
Este tipo de análisis permite al proyectista poner los pies en la tierra al realizar sus propuestas de desarrollo pues exhibe los verdaderos alcances y las reales limitaciones de la oferta institucional. La parte estratégica de un programa, como resultado de esta evaluación, deberá presentar, entonces, una serie de reflexiones y recomendaciones de política pública para potenciar las acciones institucionales en materia de desarrollo urbano ajustadas a una realidad.

En el caso de Tlacotalpan, este tipo de análisis nos permitió reconocer que el Gobierno Federal, en los últimos tres años, a través del Fondo para la Infraestructura Social Municipal y de sus diferentes programas y dependencias, invirtió un total de veintidós millones de pesos para la realización de diferentes obras y acciones, más de siete millones de pesos por año. También permitió observar que este recurso se destinó a la construcción y mejoramiento de vialidades, así como para la rehabilitación de espacios educativos.

En el caso del Gobierno del Estado, durante el sexenio de Miguel Alemán se invirtió en Tlacotalpan un promedio de 3.4 millones de pesos anuales. Principalmente en los sectores de comunicaciones y transporte, educación, cultura y desarrollo regional. En los tres primeros años de la administración de Fidel Herrera se gastó anualmente un promedio de 8.9 millones a través de la Junta Estatal de Caminos, la Secretaría de Comunicaciones y el Comité para la Construcción de Espacios Educativos.
La evaluación señaló también que las administraciones municipales recientes no le han dado el seguimiento adecuado a ninguno de los instrumentos de planeación existentes. Tampoco se han coordinado con las instancias federales y estatales en búsqueda de una visión integral de los lineamientos a seguir para el desarrollo local. Además, no han explotado el potencial que significa la inscripción de la ciudad en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO y, con ello, gestionar recursos de organismos internacionales dedicados a apoyar estos sitios.

Corolario
La finalidad de estas cuatro propuestas es el aprovechamiento de los factores sociales locales como la base de un ordenamiento territorial exitoso. El desarrollo local parte del estudio y aprovechamiento de estos valores socioculturales. La influencia de estos será definitiva para moldear el diseño de cada pueblo, ciudad o región.


Bibliografía Amerlinck, M. J. y Bontempo, F. (1994). El entorno construido y la antropología: introducción a su estudio interdisciplinar. México, D.F. Casa Chata. Gobierno del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, Actualización del Programa de Ordenamiento Urbano del Centro de Población de Tlacotalpan, Ver. Secretaría de Desarrollo Social y Medio Ambiente, 2006 Murdock, G. P. (1989). Guía de Murdock Guía para la clasificación de datos culturales, México D. F. Oficina de Ciencias Sociales de la Unión Panamericana y el Instituto Indigenista Nacional de Guatemala, traducción de la Dra. Carmen Siquiera, UAM-I. Serrano, C.E., Embriz, O.A., Fernández, H.P., Coordinadores. (2002). Indicadores socioeconómicos de pueblos indígenas de México. México. INI Rapoport, A. (1972). Vivienda y cultura. Barcelona, Gustavo Gil. Ochoa Acosta, José Antonio et al, Criterios para la Rehabilitación Urbana del Centro de Población de Paso de Ovejas, Veracruz, Tesis para obtener el Título de Maestro en Arquitectura con Especialidad en Restauración de Monumentos, INAH, 2006. Ortiz, E. B. (1995). La cultura asediada: espacio e historia en el trópico veracruzana (el caso del Totonacapan), México, CIESAS-Instituto de Ecología, A.C. Rodríguez Villafuerte Beatriz, Guía para la Participación Ciudadana, CONACYT, 2004. Saldaña, F. C. (1994). Pueblos indígenas de México, México, INI. SEDESOL Políticas de Atención a Centros y Barrios Históricos y Patrimoniales en México, 2006. Evaluación del Estado Socio-económico Actual de la Zona de Monumentos Históricos y su Entorno de la Ciudad de Tlacotalpan, Veracruz, 2007. Proyectos Estratégicos para las Áreas Centrales de las Ciudades Mexicanas, Guía Metodológica, 2006.

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