sábado, 10 de julio de 2010
Petróleo y desarrollo urbano.
Arq. Humberto Torres Guevara.
La conformación del subsistema urbano en el Norte de Veracruz a partir del modelo económico denominado enclave extractivo.
El incremento demográfico y el proceso de urbanización son fenómenos permanentes en desarrollo de México y Veracruz, a partir de la segunda mitad del siglo XX. Este fenómeno ha adquirido rumbos divergentes visibles a partir del cambio de modelo económico observado en la década de 1990, los cuales es necesario ubicar y analizar.
Población y urbanización son fenómenos intrínsecamente asociados ya que la dinámica demográfica se manifestará obligadamente sobre el territorio, afectando el desarrollo social, económico, político y cultural.
La industrialización del país iniciada a finales de la Segunda Guerra Mundial generó una concentración urbana sin precedentes incentivada por la oferta de empleo en los centros urbanos, misma que propició un cambio en las actividades económicas, orientándolas hacia los sectores secundario y terciario del sector productivo.
El fenómeno se presentó de manera similar en México y América Latina; sin embargo, existen algunos casos anómalos debido a las características muy particulares de las regiones y de las actividades motrices de la economía. El caso mexicano está seriamente marcado por la actividad petrolera y sus connotaciones políticas y sociales.
Desde el siglo XIX se inició la extracción y refinación de hidrocarburos en el litoral del Golfo de México, particularmente en la denominada Región Huasteca, la cual incluye áreas importantes de los estados de San Luis Potosí, Veracruz, Tamaulipas e Hidalgo.
El yacimiento denominado “Faja de Oro” generó la implantación de enclaves extractivos en el Sureste del estado de San Luis Potosí, Sur de Tamaulipas y Norte de Veracruz, siendo esta entidad federativa la que aportó el mayor territorio y por lo tanto en donde se generaron o fueron impactados la mayor cantidad de asentamientos humanos que con el tiempo conformarían el subsistema urbano que ahora se observa.
En México, la expropiación petrolera se gestó en gran medida en base a las reivindicaciones sociales de los habitantes de estos pueblos, quienes fueron la inspiración primigenia para sustentar una acción política de tal magnitud. Es innegable que la temporalidad de muchos de estos asentamientos estaba determinada por la riqueza del yacimiento y es por ello que muchos campamentos petroleros no llegaron a consolidarse como ciudades así como sucedió con los pueblos mineros del interior del país.
Una buena parte de los centros de población del norte del estado de Veracruz surgieron o fueron impactados por la explotación petrolera y más precisamente por el modelo de desarrollo denominado “enclave”, este modelo es producto de las teorías económicas liberales del siglo XIX.
La profundización del análisis de los modelos de desarrollo regional exógenos se manifestó en la década de 1950 con las aportaciones teóricas de Boudeville quien introduce la variable geográfica a la teoría de los polos de desarrollo de Perroux; este aporte consiste en una visión ampliada de la tesis de causación acumulativa. Berry quien define los canales de difusión del crecimiento en tanto que Friedmann define y caracteriza las etapas de generación y difusión geográfica de la dinámica económica.
En suma; en concepto inicial del enclave industrial evoluciona hacia una interpretación centrada en la aglomeración espacial, que en el caso petrolero responde a los intereses y estrategias nacionales y trasnacionales lo cual se manifiesta en un desprecio hacia las regiones en las cuales se ubica. En este modelo de asentamiento industrial sobre el territorio, la empresa desarrolla la infraestructura necesaria para la producción, así como las instalaciones, caminos y las redes.
En relación al asentamiento humano; el enclave, construye el área habitacional para sus ejecutivos, técnicos y obreros especializados así como el equipamiento urbano para dar servicio a esta población. Sin embargo, en el caso de la explotación petrolera, esta actividad requiere grandes volúmenes de mano de obra no especializada durante la fase de construcción.
Al enclave llegan en masa flujos de diversos lugares, los cuales no tienen asignada su localización territorial por lo que se ubican en la periferia del mismo, o bien en áreas no aptas para el asentamiento humano las cuales carecen de servicios. Esta dinámica se dispara cuando esta población, flotante en principio, se las arregla para utilizar en forma irregular algunos servicios creados para la industria como son: vías de acceso, agua y electricidad .
La situación anteriormente mencionada, se agudiza si el yacimiento es exitoso, lo cual hace que el enclave perdure mucho tiempo. De ser este el caso, un alto porcentaje de la población que inicialmente llegó para la construcción de la infraestructura o bien para dar servicios se, hace residente permanente constituyendo un problema para la autoridad municipal ya que esta población demandante de servicios supera con mucho la capacidad del Ayuntamiento para satisfacerla generándose grandes áreas de asentamiento irregular con alto grado de marginación.
Este fenómeno se manifiesta en dos vertientes: Cuando el enclave industrial genera un centro de población que paulatinamente se convertirá en una ciudad y el otro caso cuando el enclave es posterior al asentamiento y llega impactando la realidad urbana del mismo. La primera vertiente del fenómeno se observa el las ciudades del sureste de San Luis Potosí y norte de Veracruz: en estas áreas se crearon muchos poblados que no sobrevivieron al enclave (yacimiento) que los generó o bien son pequeños centros de población rural como son, Chapopote de Núñez, El Higo, Furbero, Palma Sola y Potrero del Llano, todos ellos en el estado de Veracruz.
Así mismo algunos campamentos devinieron en localidades pequeñas en las cuales aún existe actividad extractiva y son ciudades intermedias como son, El Ebano S.L.P., Álamo Temapache Ver., Amatlán Ver, y Cerro Azul Ver. Por último, en esta categoría se observan los campamentos que por la riqueza del yacimiento se convirtieron en ciudades medias que incluso generaron áreas metropolitanas como es el caso de Poza Rica de Hidalgo Ver.
En el segundo caso que incluye los asentamientos que en alguna medida recibieron impactos urbanos con la llegada del enclave extractivo y que son localidades que provienen desde la etapa colonial. Los casos más estudiados se localizan en el sur de Veracruz y en los estados de Tabasco, Chiapas y Campeche. En esta área el fenómeno del impacto petrolero es más reciente, Tal es el caso de Coatzacoalcos Ver., Minatitlán Ver., Cosoleacaque Ver., Las Choapas Ver. Y en los estados vecinos existen ejemplos similares en los cuales resaltan además del impacto urbano los impactos severos en los aspectos sociales y del medio ambiente agravado por el asentamiento de actividades derivadas de la explotación petrolera en su etapa de transformación del hidrocarburo por medio de refinación, y petroquímica.
Para abordar el análisis de un subsistema urbano con marcada influencia del modelo denominado enclave y establecer una metodología para tal fin, es importante partir del conocimiento de los aspectos de estructuración territorial, históricos, que explican en parte la situación actual de los asentamientos humanos en la región.
En relación a este punto, se pueden destacar varias condiciones evidentes, entre ellas:
• Se observa un deterioro acelerado del ambiente en las áreas de uso intensivo del territorio, áreas urbanas, costas, valles y cuencas hidrográficas.
• En un contexto de urbanización polarizada, destaca la idea generalizada de que el territorio es un bien de consumo y por lo tanto está sujeto a la especulación inmobiliaria, configurando condiciones de segregación social/económica/ espacial y ambiental.
• En el caso concreto de la zona norte del estado de Veracruz, existen fuertes desequilibrios interregionales, señalados en el Programa Veracruzana de Desarrollo Regional y Urbano
• En las regiones del norte de Veracruz (Huasteca alta, Huasteca baja y Totonaca) se observa un predominio de las localidades rurales que agrupan el 99.13% del total de localidades (7,891 loc.). En cambio las localidades urbanas solo llegan al 0.87% del total de los lasentamientos .
• Los asentamientos humanos se jerarquizan en ciudades medias (3); ciudades intermedias (6), ciudades básicas (8) y centros prestadores de servicios (46)
• La distribución poblacional del norte Veracruz, se caracteriza por alta Concentración urbana y dispersión rural dificulta la cobertura regional en los aspectos de infraestructura y equipamiento
• Esta realidad demográfica se relaciona directamente con las condiciones geomorfológicas del territorio sobre el cual se asienta la población y con la realidad histórica que ha provocado el atraso y aislamiento de regiones ricas en recursos naturales.
• Esto genera evidentemente, una serie de consecuencias ambientales, propias de la intensa actividad humana sobre una superficie extensa con diferencias considerables de relieve (desde el nivel del mar hasta 2,500 msnm) y pocas vías de comunicación. Además, se destaca la situación en las áreas urbanas de las ciudades medias que acumulan el 70% de la población de las tres regiones.
En suma, la totalidad de las ciudades medias, el 90% de las ciudades intermedias y el 70% de las ciudades básicas del norte del estado de Veracruz tienen su origen en la actividad petrolera o bien recibieron impactos en su conformación urbana debido a esta actividad. Esto determina particularidades en el tratamiento metodológico para identificar los atributos de sistema que deben analizarse ofreciendo nuevos campos de investigación.
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