jueves, 15 de octubre de 2009

Arquitectura vernácula casa-patio


Mtra. Arq. Ana Aurora Fernández Mayo.
Dra. Arq. Eva Acosta Pérez.


Resumen
Dentro de los diferentes estilos y tipos de vivienda existen aquéllos llamados regionales que se determinan por el contexto en el que están inmersos. De ellos se desprende la arquitectura vernácula como una muestra muy peculiar de composición y funcionamiento al integrar en los materiales de construcción elementos arquitectónicos que la definen.

La arquitectura vernácula refleja las tradiciones transmitidas de una generación a otra y que generalmente se ha producido por la población sin la intervención de técnicos o especialistas, siempre ha respondido a las condiciones de su contexto y a las formas de vida de cada comunidad en donde se encuentra, de ahí que este tipo de arquitectura responde a la cultura del o los grupos sociales que identifican a un pueblo, por lo que también este tipo de cultura es llamada cultura popular. Esta cultura popular conserva materiales y sistemas constructivos regionales de gran adecuación al medio, por lo que constituye un patrimonio enorme y de vital importancia que deberá ser protegido y conservado.

Lo anterior nos lleva a reflexionar acerca de la llamada arquitectura regionalista, cuya acepción más conocida es la correspondencia al conjunto de edificaciones realizadas en ámbitos regionales específicos como el caso aquí presentado, la ciudad de Coatepec, Veracruz.

1.- Antecedentes de la arquitectura vernácula en México
La arquitectura vernácula en México, desde sus orígenes, reconoce una mezcla de culturas indígena e hispánica que se manifiesta en cada una de las regiones del país. Esta mezcla cultural marca las directrices de un nuevo mundo influido por las formas de vida indígena y las técnicas hispanas en donde surge el estilo vernáculo con características mestizas que definen la identidad de los pueblos.

1.1 La arquitectura prehispánica
Desde el descubrimiento del nuevo mundo se cree que la ciudad es un ente organizador del espacio donde se van conformando diversos elementos que integran un sistema de relación para su funcionamiento. Desde el siglo XVI, se ha producido de manera constante y permanente la fusión de los diferentes componentes culturales indígenas, hispanos y africanos que ha definido el desarrollo del pasado y presente de México.

Los primeros vestigios de chozas y habitaciones muestran el asentamiento de grupos humanos que determinaron su residencia en la configuración de sus componentes como la casa, el adoratorio, los graneros y fuentes de agua como surgimiento de las primeras aldeas. Algunos patrones de habitación en la época prehispánica atienden aspectos muy específicos de los materiales empleados en su construcción.

El modelo residencial de la capital azteca marca dos tipos de patrones en el conjunto urbano: las zonas con chinampas adjuntas y las zonas sin chinampas. En las zonas residenciales se describen posiciones de las habitaciones con respecto a calles, iglesias y características topográficas. Las habitaciones estaban ligadas directamente con un espacio abierto o patio interior y raramente tenían acceso directo a la calle o canal.

Las construcciones civiles se clasifican de acuerdo a los criterios de techos, los cuales se agruparon en cónicos y dos aguas; muros, cuatropeados de diferentes materiales: ladrillos, adobes o piedra; elementos complementarios como dinteles y jambas ornamentados y pintados con diferentes colores; y los basamentos, que eran sencillos o de dos o tres cuerpos. Lo anterior se complementaba con la pintura mural en templos y palacios cuya representación señalaba la vivienda indígena.

1.2 La arquitectura de la colonia
La cultura hispana fijó las directrices del desarrollo del nuevo mundo, pero la cultura indígena fue la base y la fuerza que determinó los modelos utilizados en el periodo de la colonia.

En el área urbana, se implementó el criterio de ortogonalidad reflejado en la traza reticular como modelo de los centros urbanos. Los cambios se dieron en la sustitución de los antiguos adoratorios por la iglesia, la alcaldía y la casa del gobernante y caciques, sin embargo, en lo referente a las casas del pueblo, permanecieron sin cambio alguno. En este sentido, lo que resaltaba era la sustitución de los símbolos del orden anterior.

En el agrupamiento viviendas en núcleos urbanos, se observa que las casas se encontraban alineadas al paño de la acera y todas contaban con un patio interior. La arquitectura doméstica tiene características indígenas: poseen techo de paja o zacate y son pequeñas en proporción con la arquitectura religiosa, que en la época de la colonia destacó por su importancia .

El mestizaje trajo consigo una transformación radical del contexto sociocultural en toda la Nueva España lo que permitió el nacimiento de otra forma de expresión cultural, las artes plásticas, como la poesía y la arquitectura promovieron modelos peninsulares de expresión culta con una libre composición que no estaba definida por los códigos establecidos.

Sin embargo, la arquitectura vernácula de la época continuó respetando los patrones establecidos pero integrándose en cada uno de los contextos en los que estaba inmersa, lo que permitió una transformación en sus formas a lo largo de los siglos como parte de una cultura y como una manifestación de las tendencias y cambios que la consolidaron.

1.3 El contexto
La rápida transformación de los conjuntos de arquitectura vernácula en el ámbito nacional e internacional ha llamado la atención del dominio público, más allá del campo educativo y académico de diferentes ramas del conocimiento.

Es de esperar la aportación de elementos de discusión y solución en torno a lo vernáculo o tradicional, su relación con procesos de modernidad o modernización y la idoneidad de propuestas de conservación, problemática que demanda distintos enfoques disciplinarios que aborden el tema de la vivienda y los conjuntos tradicionales que la conforman y especialmente de los procesos sociales y culturales.

Los diversos contextos en los que se desarrolla la arquitectura vernácula nos lleva a replantear su definición cuya acepción se refiere a aquélla que nace y se desarrolla en contextos rurales que conforman las regiones de cada país y utilizan materiales locales que llegan a significar un bajo costo por el empleo de la autoconstrucción. Este tipo de vivienda refleja en su composición la forma de vida de sus moradores, la cultura popular a que pertenece y con una plena integración a la naturaleza.

Sin embargo lo anterior y dentro del contexto histórico de su proceso, la arquitectura vernácula no sólo se encuentra en las comunidades rurales, sino también en ciudades con antecedentes prehispánicos que desarrollaron una cultura mestiza en la época de la colonia.

Es por su origen que a este tipo de arquitectura se le ha llamado rural, pero sus características formales, su uso y materiales manifiestan que la arquitectura vernácula es aquélla que manifiesta identidad cultural en una región específica.

2. Casa-patio en la ciudad de Coatepec, Ver.
Coatepec como caso de arquitectura vernácula mestiza refleja en mucho la preocupación que los arquitectos y constructores de antaño tuvieron en mente para construir una ciudad adaptada a los factores climáticos y fisiográficos del paisaje natural y casas que no solamente les diera comodidad a sus moradores en su interior, sino que protegieran al caminante como es el ejemplo de las amplios aleros que permiten al caminante transitar cómodamente sin mojarse o sentir los rayos del sol sobre su cuerpo.

La ciudad de Coatepec está asentada en un fértil valle en la vertiente oriental del Cofre de Perote –elevación montañosa de 4, 200 m.s.n.m- y dista aproximadamente 13.75km de la ciudad de Xalapa ; se le identifica en la porción centro-golfo de México, a los 19°27´ de latitud norte y 96°58” de longitud este; su altura con relación al mar es de 1, 252 m.

El nombre de la ciudad deriva de las voces náhuatl: “cóatl” o serpiente y “tépetl” cerro, lo que da lugar a Cerro de la Culebra. En esta ciudad, como en el resto de la República Mexicana, la mayoría de las casas que datan del siglo XVIII, el tipo común novo hispana fue la “casa de patio” donde se dan variaciones de acuerdo a la diversidad regional, por las características socioeconómicas, por ubicación y por la conformación familiar, dándose casas de una o más plantas, de uno o más patios, diferencias en el dimensionamiento de los espacios así como en el cambio de la distribución de los mismos.

Esta composición da lugar a la presencia del patio claustral, en donde le partido de la casa o palacio se extiende cuadrangularmente sobre todo el predio procurando continuar con sus fachadas el alineamiento general de las calles.

Estos espacios libres generan un microclima a la casa, adaptándose a los diversos contextos de México por medio de la creación de aleros y sus diversos dimensionamientos, orientación de acuerdo a las actividades de cada local, sistema de canales para aguas pluviales y todos aquellos elementos necesarios para apoyar a las actividades de los usuarios.

2.1 Arquitectura regionalista
Conocida también como una corriente arquitectónica cercana al eclecticismo que glosa y sintetiza algunos aspectos de las distintas arquitecturas regionales de España o de otros países

La arquitectura regional, especialmente la Coatepecana, ofrece este tipo de estructura en donde el patio juega un papel protagónico, actuando como sistema de ventilación y asoleamiento para lograr el confort ambiental, y creando un espacio integrador de los elementos construidos así las habitaciones se establecen alrededor del patio o patios, el primero de forma regular, al que se abre al acceso principal generalmente con zaguán y corredor o galería como espacio de liga, el segundo patio puede ser irregular y está destinado a los servicios.

La estructura de los patios coatepecanos es significativa por ser parte de la economía familiar. La casa generalmente cuenta con 2 patios, en donde el principal (central), sirve para climatizar y ambientar con plantas ornamentales, predominando las orquídeas, azucenas, camelias, tulipanes y gran variedad de follaje verde así como helechos y palmas. Para este fin algunos cuentan con elementos ornamentales formando arriates o guarniciones en jardineras marcando diseños geométricos radio-concéntricos remarcando la fuente o en algunos casos pozo de abastecimiento de agua.

Las dimensiones varían de acuerdo al número de espacios que lo rodean, generalmente son rectángulos en proporciones 1:2, 1:3 y 1:4. los andadores del patio son de piedra, ya sea de textura lisa con losas de piedra rectangulares o rugosa de piedra bola o de río.

Los traspatios son espacios abiertos destinados en todo momento al servicio, donde históricamente se realizaban actividades del campo, criadero de animales, secado de café (principal actividad de la región), almacenamiento de herramientas y productos de cosechas.

En Coatepec, la herencia cultural arquitectónica es rica en cuanto a sus valores que ostentan expresiones que van desde el neo-estilo de principios del siglo XVIII a principios del XIX; también denominado barroco tardío por sus adiciones del neoclásico. Los monumentos históricos ornamentados de las escuelas del neoclásico, neogótico y algunos edificios atípicos que no impactan la tendencia de mediados del siglos XVIII a mediados del siguiente siglo.

Los monumentos artísticos, derivados del academicismo romántico y de la escuela nacionalista, de la época floreciente del Porfiriato, con sus fuertes concepciones afrancesadas.

Al hablar de un patrimonio cultural es importante incluir las obras que emanan de lo tradicional de las regiones, tanto en los sistemas constructivos, como por su valor de arquitectura de acompañamiento; la obra civil y la arquitectura industrial, que en su conjunto dan origen a la imagen histórica, derivada de la fusión primigenia de variadas escuelas artísticas con expresiones arquitectónicas.

Es necesario acotar que a pesar de la delimitación del ámbito de estudio para este programa, y en el espíritu de no entorpecer la salvaguarda del patrimonio histórico, en el siguiente listado, se enuncian las edificaciones consideradas como monumentos dentro del Centro Histórico de Coatepec.

Casonas por lo regular de uno a dos niveles, desplantadas en grandes predios, que contienen construcciones de lindero a lindero con patio central y traspatio. En el acceso principal exhiben un portón de madera con trabajo de ebanistería, de dimensión propicia para el acceso de carretas; el vestíbulo o corredor tipo terraza, alberga una estancia informal que dirige al patio central ajardinado en torno al cual se desarrolla la zona habitacional de la vivienda en sistema de crujías, conformando claustros dispuestos en: “O”, “U”, “C”, “L” o “I” según el predio.

El tamaño de los espacios se caracteriza por su amplitud, tanto física como perceptiva, situación que propicia por la altura de sus plafones o “cielo razo”. La construcción es sólida con predominio de arcadas, teja, mangueterías de madera y pisos policromos, todas estas características directas de la vivienda tradicional española de la clase dominante.

La fachada está formada por el portón y los vanos de ventanas generalmente verticales con protección de herrería pocos ornamentados.

La edificación se sustenta en un sistema constructivo de muros de mampostería de 0.60a 1.00 ms. de espesor con acabado final enlucido constituido con mortero de cal y arena y aplicación de color –cal y canto-; su cimentación es de muro enterrado. La cubierta está asentada en los cabezales de los muros con inclinación a dos aguas de 25 grados y constituida de vigas de madera y alfajías perpendiculares a éstas, con media tabla o ladrillo en acomodo de “petatillo” constituyendo una cama conocida como bóveda plana sobre la cual se desplanta teja de barro. La proporción entre vanos y macizos es de 1:11/2. Los vanos tienen una proporción menor de 1:2; la viguería de madera de pino presenta por lo regular una sección de 10 x 4 pulgadas con un entreje de 75 cm para cubrir claros de 3 a 6 metros con tablas de madera de pino o piezas de barro recocido.

Esta categoría de viviendas se vincula al grupo dominante y regularmente exhiben en sus fachadas aplicaciones estilísticas del Neoclásico, Neogótico o Academicismo con la intención de seguir las modas que se han sucedido en la región, pues el partido arquitectónico corresponde en lo general a la estructura dispuesta desde el dieciocho. La vivienda típica producida por los grupos medio y popular, posee variantes tanto en su partida como en su composición y ocasional ornamentación llevando a clasificarle en tres tipos distintos de acuerdo a sus características, a saber: regional, popular y ornamental.

El patrón se repite a nivel elemental –de las casas habitación con su jardín interior con ubicación central, y la construcción a manera de crujías- y al interior de las manzanas del damero. Hacia el interior de las manzanas convergen patios, traspatios y jardines, y alineados a la banqueta, los paramentos de los inmuebles se alinean en geometría arquitectónica, constituyendo el perímetro construido.

El esquema de la casa de la clase dominante, es imitado y adaptado a las posibilidades del pueblo en general, pero siempre conservando la esencia de la misma, y es así, que la casa española sirve como prototipo para la casa típica coatepecana en donde las variantes solo se dan en el detalle, en mayor o menor esplendor en el tratamiento de las ornamentaciones, en la reducción del programa arquitectónico, o en la belleza de sus acabados, pero sin embargo, los conceptos esenciales se repiten una y otra vez.

Básicamente el recorrido se inicia mediante el portón o puerta de la calle, conduce a un zaguán que remata en una segunda puerta interior decorada con vidrios de colores a la manera de vitral, o un portón traslucido de madera calada o herrería, que más que ofrecer seguridad es un cerramiento visual para delimitar el ámbito privado de la casa, respecto al público de la calle. El interior se dispone siguiendo un corredor que remata en el solar, pasando por dos patios, el uno ornamental y el otro (si lo hay) de servicio. Las alcobas se ordenan también linealmente y están unidas por otro corredor más privado, paralelo al primero. El comedor y la sala, ocupan un lugar privilegiado, el primero en el centro de la casa sobre el patio ornamental, la segunda a un costado de la entrada y posee ventana a la calle.

La casa es también una construcción cuidadosamente dispuesta para que el sol: el acogedor y festivo de la mañana, el del tedio de medio día o el nostálgico de los atardeceres, pueda entrar a la casa a voluntad de sus habitantes, penetrar plenamente en el comedor, en los corredores y en el espacio de recibo para las visitas informales; o tímidamente colarse a las alcobas a través de las puertas entreabiertas y de ahí al corredor interior. Así estas casas coatepecanas son estructuradas a partir del patio, herederas de la volumetría española de influencia árabe, en donde el origen llega más lejos por tratarse de elementos llevados de generación en generación con una antigüedad aproximada de 5000 años.

2.2 Orígenes de la casa-patio
El origen de la casa con patio se remonta a los comienzos de la historia de la humanidad., los más antiguos que se conocen están en China e India (3000 a.C.) en Cnosos Creta (2000 a.C.) Las casas romanas solían estar estructuradas en torno a un patio porticado o peristilo con jardín o estanque en el centro, al que se abrían las estancias más representativas.

Perteneciente a la casa decorada con pinturas o a una segunda vivienda, pues, dado lo parcial de lo descubierto en las excavaciones no puede determinarse, se conservan en la "cripta" unas columnas pertenecientes a uno de estos peristilos. Los fustes, lisos, de mármol blanco, están coronados por capiteles toscanos. En la parte central se sitúa el estanque que, con pavimento de mortero, repite el mismo esquema que otros ejemplos de la propia "cripta".

El Patio aparece en las ruinas de la antigüedad griega y romana pero el antecedente inmediato en México, de generalizado empleo en nuestras obras coloniales se encuentra en la arquitectura hispano-arábiga. Este jardín interior de la casa árabe, se caracteriza por ser rico en agua y vegetación, crea, una depresión térmica que facilita el cambio de aire en los diferentes ambientes de la casa y climatiza todo el interior. El patio de la casa española es un derivado de la arquitectura doméstica árabe.

El arte hispanomusulmán, tras la etapa cordobesa, de filiación omeya, durante la que se han utilizado básicamente la piedra sillar y el mármol, irá a partir de la época de taifas configurando una. La arquitectura mudéjar va a entrar en clara competencia con el sistema de materiales pobres de la arquitectura occidental cristiana.

En definitiva, la capacidad del arte mudéjar para asimilar elementos formales y estructurales del arte occidental europeo, no es otra cosa que la pervivencia de un modo de comportamiento del arte musulmán, el de la asimilación y transformación de las culturas con las que entra en contacto, modo de comportamiento corroborado desde la formación del primer arte musulmán, y del primer arte hispanomusulmán.

Los romanos edificaron sus viviendas siguiendo tres tipologías: domus, insula y villa. En Pompeya se han conservado muchas domus, vivienda urbana o suburbana unifamiliar que ha llegado hasta nosotros como la más representativa de la cultura clásica.

Estas viviendas suelen estar situadas junto a la calle que les sirve de acceso. Después de atravesar el vestíbulo se llega a un espacio semicubierto llamado atrio, mezcla de sala de estar y patio, en cuyo centro se encuentra el impluvium o pequeño estanque para recoger el agua de las lluvias. Desde el atrio se accede a todas las estancias de la casa y, por la parte del fondo, a un jardín conocido como hortus o peristilo si está rodeado de galerías de urbanas habitadas por las clases más humildes.

La altura de estos edificios oscilaba entre tres y cinco pisos y solían responder a complejos programas funcionales. Las villas se pueden entender como casas solariegas de las familias más columnas. Las insulae eran los equivalentes a los bloques de apartamentos, viviendas plurifamiliares poderosas, y en ocasiones se convirtieron en auténticos complejos residenciales que ocupaban varias hectáreas entre jardines, pabellones y residencias. Véase Arte y arquitectura de Roma.

El clima tuvo mayor difusión de la casa de patio en las regiones templadas. Las casas romanas solían estar estructuradas en torno a un patio porticado o peristilo con jardín o estanque en el centro, al que se abrían las estancias más representativas. Perteneciente a la casa decorada con pinturas o a una segunda vivienda, pues, dado lo parcial de lo descubierto en las excavaciones no puede determinarse, se conservan en la "cripta" unas columnas pertenecientes a uno de estos peristilos.

Los fustes, lisos, de mármol blanco, están coronados por capiteles toscanos. En la parte central se sitúa el estanque que, con pavimento de mortero, repite el mismo esquema que otros ejemplos de la propia "cripta".

El edificio urbano compacto, con poderoso frente en la alineación de la calle , plantas diferenciadas , simétrico respecto a un eje transversal a la calle, organizado en torno a un patio central en el que se resumen las circulaciones. Convierten al tipo de esos palacios familiares durante el Renacimiento, herederos de la casa-patio de la antigüedad, en el principio generador de los grandes edificios públicos de la ciudad europea.

“El claustro también representa una parte esencial de la evolución del patio, pues todos los monasterios poseen patios de gran interés. Los monasterios eran reflejo de la casa romana.”

En México uno de los principales objetivos en la época virreinal era insertar el Catolicismo, en el cual la principales construcciones fueron los monasterios e iglesias realizadas por las órdenes eclesiásticas, arquitectura que se ve reflejada más tarde en la de tipo civil tanto habitacional como en las de Servicio Social como colegios, mercados, ayuntamientos...etc.

“No sabemos cómo fueron los primitivos conventos levantados en Nueva España. Por los relatos de los frailes y las quejas de los virreyes, se sabe que fueron construidos sin ninguna regla, y que los frailes se excedieron muchas veces construyendo obras desmesuradas aprovechándose de la gran cantidad de indios y de la abundancia de material que existía.

... No fue sino a mediados del siglo XVI, cuando la arquitectura monástica ya uniformada, de acuerdo con las autoridades del virreinato y con las eclesiásticas, produce la gran serie de conventos.”

El patio colonial, de forma generalmente cuadrada o rectangular modulado por intercolumnios aporta al espíritu independencia, tranquilidad y disfrute de la parte de la atmósfera no afectada por las actividades humanas.

Las características que hacen del patio interior un extraordinario espacio acorde con nuestra tendencia a la introversión y que permiten individualizar los edificios dentro del conglomerado urbano, han desaparecido bajo la influencia de la cultura
anglosajona al sustituir el patio por el hall cubierto como núcleo central de los espacios habitables.

Hoy, igual que antaño, el patio es el centro donde gravita la vida de la casa y donde confluyen todos los sentidos. La vista con la que se aprecia el colorido. El oído con el que se escucha el suave murmullo del agua y las melodías populares que ambientan el patio. El olor que emana de las flores. El patio, es un espacio para el encuentro.

El patio, como centro, convoca todos los ambientes de la casa al tiempo que evoca la presencia urbana de la plaza". Las habitaciones están dispuestas como compartimientos cerrados y privados, que se asoman a los espacios públicos "pudorosa y controladamente" .

Por otra parte, los jardines están dispuestos tanto en la planta alta, como en la baja, y proponen un espacio circular y equivalente, en el que lo interno y lo externo se entremezclan en un continuo propio de la domesticidad tropical.

Debido a esta disposición de sus elementos, la percepción de los elementos ajardinados no es posible desde el exterior de los inmuebles, por lo que la imagen urbana se torna necesariamente homogénea en cuanto a su arquitectura monumental, reflejando una identidad dominante sobre el entorno en su conjunto, no así integradora del mismo, ya que sus edificaciones se cierran al paisaje exterior, recreando el suyo propio en su interior.

El patio nació como complemento inseparable de la casa, lugar de secretos, que está negado por la ciudad contemporánea ya que actualmente no se cuenta con el espacio suficiente para albergarlo. Estos cambios se dan con mayor aceleración día a día.

“La naturaleza humana del jardín representa, en primer lugar, un homenaje monumental a la base primaria de la economía, la agricultura.

Sus leyes organizativas imponían un tiempo que era un tiempo cíclico de modificaciones y retornos, y que ensayaba un dialogo diáfano con la misma casa construida. Era fácilmente legible la alternancia de lo sólido y de lo efímero que ésta relación encarnaba, además de ser interesante por su continua reciprocidad y reversibilidad: en el verano, la prosperidad de las plantas que agreden con sus hojas y sus troncos una casa que se ha vuelto improvisadamente pequeña e indefensa; en el invierno, la gracilidad de ramos y pedúnculos despojados que son abrumados por la potente tridimensionalidad de la casa, creando no obstante una textura que continúa las líneas que ésta hacia lo no construido.”

El patio es uno de los espacios más antiguos, un espacio descubierto de un edificio, configurado por espacios construidos internos o simplemente muros. En esencia el patio es la apropiación en una obra arquitectónica de una parte del espacio externo como fuente de aire, luz y sol convirtiéndolo en espacio interno enmarcado en líneas arquitectónicas del edificio pues está aislado del espacio circundante ajeno, proporciona a sus habitantes la ilusión de una zona de dominio figurado.

La pretensión hacer pública la preocupación existente por la lamentable situación de este patrimonio y trasladar la necesidad de adoptar medidas tendentes a su conservación, restauración y promoción a todas aquellas instituciones y organismos públicos o privados (Gobierno, colegios de arquitectos, restauradores, propietarios, Ayuntamientos, Técnicos Culturales, etc.) que puedan tener relación con esta cuestión.



LÓPEZ, MORALES, FRANCISCO JAVIER. LA ARQUITECTURA VERNÁCULA EN MÉXICO. PP 15-16
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GARCÍA MORALES, SOLEDAD. “ COATEPEC” VERACRUZ: IMÁGENES DE SU HISTORIA PP.41-44
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FRANCO PURINI. LA ARQUITECTURA DIDÁCTICA. P.19

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